Este 7 de octubre, desde la Plaza Cívica del municipio de Diriá, cuna del Cacique Diriangén, se repartieron más de 3,000 raciones del delicioso y tradicional atol de ánimas.
Catalina Maltés, alcaldesa de Diriá, comentó que esta actividad es realizada de manera por la municipalidad; sumándose a la tradición ancestral que tiene este municipio.
«Hoy estamos repartiendo este atol a base de maíz morado (pujagua), tal como lo hacían nuestros antepasados en memoria de quienes ya partieron de este mundo; recordándoles con cariño, y a la vez siendo partícipes de las tradiciones de nuestro pueblo dirialeño», expresó la edil.
Auxiliadora Trujillo, viajó desde Granada, para saborear esta deliciosa bebida, qué se elabora exclusivamente en el municipio de Diriá: «Yo vine desde temprano. Anduve en Diriomo y luego me vine para acá, a disfrutar de este atol, que solo aquí lo podemos tomar en octubre. Me parece muy bonito que de parte del Gobierno se apueste por mantener vivas las tradiciones de nuestros ancestros».
El Atol de Ánimas, tradición de Diriá
Con vasos, termos, panas y hasta pequeños baldes, las familias llegaron para recibir su «atol de ánimas». Nadie quería quedarse sin probar un poco de esta bebida representativa de este municipio, y que es una tradición de más de cien años.
La conexión de un mundo y el otro, a través del Maíz, grano de donde nació el hombre, según los ancestros.
Del 1 de octubre al 2 de noviembre, se cree que las ánimas del purgatorio visitan a sus familiares. Razón por la cual, se realizan rezos en los hogares dirialeños, donde se entrega este atol, acompañado de un tamal elaborado también de pujagua; como una forma de rogar por el eterno descanso de los difuntos y por medio de estas rogativas encuentren la luz, que los lleve a disfrutar del paraíso.
De igual forma, se piensa que aunque «las ánimas» no pueden pedir por ellas mismas, sí pueden pedir por quienes quedan en este plano terrenal, para que les vaya bien.