Verónica María Silva Bravo utilizó a sus sobrinas Katherine Osorio Moreno y Angélica Hernández, para que estas se encargaran de buscar a los sicarios que acabarían con la vida de su esposo Paúl Hernández Rocha, de 60 años; en un hecho criminal ocurrido en San Marcos, Carazo.
Angélica, dispuesta a apoyar a su tía, acudió a su cónyuge Christopher Santamaría Hernández y a Fabricio López Corea; quienes de inmediato iniciaron las planificaciones de cómo ejecutar el crimen.
4 mil dólares era la jugosa y endulzante cantidad que ofrecían por la cabeza de Hernández, pero estos al ser rechazados por todas sus opciones; decidieron eliminarlo con sus propias manos.
“Aprovechándose que la víctima se encontraba de espalda y frente al portón que intentaba abrir para ingresar a su casa, el acusado Fabricio López Correa se bajó del vehículo color negro, mismo que habían rentado»; explicó en su lectura el secretario del juez.
Detalles de este bochornoso crimen en Carazo
«Luego, sacó un arma y realizó cuatro disparos hacia la humanidad de la víctima, impactándole uno en el torso del hemitórax posterior derecho, dos en el hemitorax posterior izquierdo, y uno en la región lumbar izquierda»; continuó.
«Mientras esto ocurrió, el acusado Cristopher Santamaría Hernández y Angélica Hernández Arteaga esperaban en el vehículo. Una vez que ejecutaron dicho plan procedieron a retirarse del lugar con dirección hacia Managua. Producto a dichos disparos la víctima falleció”; agregó.
Este malévolo plan que tiene un desenlace de novela mexicana se creó en la mente de Verónica María Silva Bravo, de 50 años, supuestamente por codicia.
Aparentemente, su único objetivo era apoderarse de todos los bienes de su pareja sentimental, entre estos la finca que se encuentra en el municipio San Marcos, Carazo; lugar que el 24 de abril del año en curso se convirtió en el escenario donde Paúl Hernández Rocha a punta de balazos cerró sus ojos para siempre.
Matan y van a la vela
Lo más sorprendente del caso es que Verónica y sus aliados estuvieron presentes en la vela del occiso. Y por si fuera poco hasta lo lloraron el día del entierro, todo con el fin que familiares del fallecido no sospecharan nada de lo antes descrito.
Hasta el momento Verónica María Silva Bravo se encuentra prófuga de la justicia. Se presume que huyó hacia los Estados Unidos, lugar donde habitó por un largo tiempo con la víctima.
Actualmente esta despiadada y avariciosa mujer está siendo buscada hasta debajo de las piedras por la INTERPOL.
Los que no corrieron con tanta suerte fueron sus cuatro aliados del crimen en Carazo, pues estos ya se encuentran enfrentado a la justicia de Managua. Bien sentados en el banquillo de los acusados escucharon las declaraciones en su contra de 12 testigos.
Suspensión del juicio
Tras las declaraciones de los testigos el representante de la fiscalía solicitó al juez Félix Salmerón, del juzgado quinto distrito penal de juicio de Managua la suspensión del juicio; las defensas técnicas no se opusieron a tal petición, por tal razón el judicial expresó lo siguiente:
“La honorable representación del Ministerio Público ha solicitado la suspensión del juicio, ya que no cuenta con más testigos en este momento para ser evacuados. A ellos se le dio la palabra a las defensas manifestando en su conjunto que no se oponían a dicha solicitud; por lo tanto de conformidad al artículo 288 general uno del código procesal penal se suspende el juicio señalando para su continuación el martes 19 de septiembre del año en curso”