La Reina Isabel enferma tras abandono del Príncipe Harry. El 2 de junio de 1953, tuvo lugar la coronación de la monarca, desde entonces su labor ha sido incansable, se ha dedicado en cuerpo y alma a sus obligaciones como royal.
Durante tantos años, la Reina Isabel no solo ha tenido alegrías, con una familia tan grande y los medios de comunicación sobre ella, los escándalos no se han podido evitar, por ejemplo, su relación con Diana de Gales le supuso más de un disgusto.
Años más tarde, cuando el panorama era mejor, y la Reina Isabel se enfrentó a los problemas que trajo consigo el deseo de su nieto favorito de casarse con una actriz estadounidense, Meghan Markle.
Los tabloides se dedicaron a presumir enfrentamientos entre la ex-actriz y su cuñada; pero también alertaron de una supuesta mala relación entre el Príncipe Harry y su hermano Guillermo.
Lo que no sabía la Reina Isabel entonces es que aquel mal clima anticiparía lo que ocurrió después: que los duques de Sussex (ahora ya no ostentarán este título) se alejarían de sus funciones reales.
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Para colmo de males, esta noticia vino precedida de la dimisión de su hijo preferido, el príncipe Andrés de York, que se vio involucrado en el caso de abusos del magnate Jeffrey Epstein.
En cualquier caso, la Reina Isabel siguió adelante y tomó decisiones (difíciles). Pero ahora, todo parece indicar que su cuerpo no es tan fuerte como para aguantar tanto estrés y no tener alguna repercusión.
Según Vanity Fair canceló algunos de sus eventos oficiales por una “leve gripe”, según le contó el palacio de Buckingham a la periodista Rebecca English.
No sabemos si sus defensas están más bajas debido a los disgustos, o si solo ha sido una casualidad, pero lo que es seguro, es que saldrá fortalecida de todo esto.