No hay dudas que utilizar el aire acondicionado hace que viajemos con un mayor nivel de confort, lo que redunda también en una mayor seguridad. Una temperatura elevada en el interior del automóvil puede además provocar somnolencia y hacer que aumente el riesgo de tener un accidente en la ruta.
Ir en el carro con las ventanillas abiertas hará que el consumo de combustible sea menor. Pero solo en teoría y bajo determinadas circunstancias: Si circulamos por debajo de los 70 Km/h. Esto es debido a que con las ventanillas abiertas la resistencia al aire de nuestro coche hace que consumamos más energía.
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Para que el consumo de combustible sea el menor posible lo mejor es que este aire acondicionado mantenga una temperatura del coche entre los 20 y 23 grados. Según explican los especialistas de Oscaro, antes de reanudar la marcha: aunque resulte obvio; intentar aparcar a la sombra es «el truco» por antonomasia para evitar que el vehículo alcance temperaturas muy elevadas en el verano.
Una solución que ayuda a bajar hasta 10º la temperatura del interior del carro es abrir las puertas con el aire acondicionado funcionando a baja potencia. De esta forma, se acelera el proceso de enfriado sin repercutir en un mayor gasto de energía; ahorrando hasta un 20% en el consumo del vehículo.
Es mejor recorrer los primeros kilómetros sin poner el aire acondicionado a pleno rendimiento; habiendo iniciado ya la marcha, pondremos el climatizador en un nivel medio con las ventanillas bajadas hasta coger velocidad, momento en el que ya se pueden subir y aumentar las revoluciones del aire acondicionado. Nunca ponerlo a menos de 22 grados.