Aman profundamente servir a la patria y al convertirse en madres experimentaron otro tipo de amor que se ha convertido en el motor para cumplir sus compromisos como oficiales del Ejército de Nicaragua y luchar por sus nuevas metas, muchas de ellas inspiradas por sus hijos.
«Es mi fuerza fundamental de seguir luchando por mis sueños, seguir preparándome para darle un mejor futuro»; expresó la teniente Yorleni Soto, de la Fuerza Aérea.
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La teniente primero Cristel Espinoza, de Logística del Ejército de Nicaragua; describe la experiencia de ser madre como «un sentimiento que no tiene expresión; sin embargo, yo día a día trato de darle a mis hijas todo el cariño, el amor de madre».
«Vino a darle razón a mí existir, ya me había formado profesionalmente, ya había cumplido la mayoría de mis metas. El camino que había trazado yo a lo largo de mi vida ya lo tenía casi todo listo, pero me hacía falta algo y ese algo era ella»; afirmó la teniente de fragata Dora López, de la Fuerza Naval.
La separación suele ser muy difícil tanto para las madres militares como para sus hijos; un adiós se expresa con la ansiedad de volverlos abrazar pronto y todos los días son la dosis para seguir siendo las mujeres fuertes que cumplen las misiones encomendadas.
«A veces es complicado porque uno como madre también tiene momentos difíciles y las necesidades de estar con él, de sentirlo; de abrazarlo, es difícil la verdad, pero sí se puede lograr», indicó la teniente Soto.
La Fragata López sostiene sobre este aspecto que «al inicio era muy difícil porque ella estaba muy bebé. Yo tenía mucho temor de que le pudiera pasar algo y yo no estar cerca, tal vez me iban a mandar al Caribe, al Golfo de Fonseca; y yo no iba a tener ni señal para saber cómo estaba. Sin embargo, me he venido organizando y he venido tomando en cuenta, en base de experiencias pasadas, medidas para que ella quede en buenas manos».
En todos los casos, especialmente para estas madres y profesionales; la familia juega un papel fundamental para continuar con el día a día, confiadas en que sus hijos están seguros.
«Como pilares fundamentales a lo largo de la vida de mi hija; he tenido a mi mamá y a mi hermana, que son las que más me han apoyado en el cuido de la bebé», destacó López.
«Es eso es bastante importante el acompañamiento de mi mamá, aquí es un gran apoyo porque yo me voy a trabajar y yo estoy tranquila; porque sé que están bien cuidadas, no les hace falta nada, su alimentación está en tiempo y forma y entonces esa parte yo estoy laborando tranquila»; señaló Espinoza.
La institución, cuya principal misión es la defensa de la seguridad y soberanía nacional, también ha sido un crucial apoyo en la vida profesional y personal de cada una de las mujeres que cumplen con los dos roles que demandan entrega y amor; pese a los deberes que deben cumplir el papel de madre es considerado de alta importancia dentro de las fuerzas de la institución castrense.