Hace tres años que los astrónomos observan su luz. Se trata de la mayor explosión cósmica nunca vista en la historia y que podría ser resultado de una vasta nube de gas, tal vez miles de veces mayor que el Sol, alterada de forma violenta por un agujero negro supermasivo.
Fue un equipo de científicos de la Universidad de Southampton, que ha publicado un estudio sobre el hallazgo del fenómeno cósmico que ha sido bautizada como AT2021lwx y de momento es de origen desconocido. Aunque hay algunas teorías en las que, por supuesto, no puede faltar un agujero negro.
- Te puede interesar: El James Webb ha conseguido fotografiar su primer cinturón de asteroides alienígena
Sin embargo, se conoce que AT2021lwx que se produjo hace casi 8.000 millones de años luz, cuando el universo tenía unos 6.000 millones, se describe en un estudio liderado por la Universidad de Southampton que publica hoy Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Por otra parte, los astrónomos han dado continuidad y por primera vez en 2020, esta explosión cósmica fue captada en la Instalación Transitoria Zwicky en California. Posteriormente, las imágenes se confirmaron con el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS), ubicado en Hawái.
Astrónomos han hecho historia durante siglos
A lo largo de la historia de la astronomía, solo se ha medido algo más brillante que esta explosión cósmica: el estallido de rayos gamma conocido como GRB 221009A. Sin embargo, aunque AT2021lwx es ligeramente menos brillante, es mucho más largo, por lo que la liberación de energía es muchísimo mayor.
Solo se conoce un tipo de objeto que podría ser así de brillante y energético: los cuásares. Por eso, como es lógico, se convirtieron en una de las primeras hipótesis de estos científicos. Sin embargo, un análisis más exhaustivo demostró que tampoco era la opción correcta.
Los cuásares son galaxias recién nacidas. Como es normal en las galaxias, tienen en su centro un agujero negro, que en estas galaxias jóvenes libera grandes ráfagas de energía. Para identificarlas, los astrónomos se fijan en que, con el tiempo, su brillo parpadea hacia arriba y hacia abajo. Sin embargo, cuando estos científicos retrocedieron en la historia de esta explosión cósmica, no encontraron esos cambios en el brillo. Por lo tanto, tampoco se trataba de un cuásar.
Los científicos planean realizar modelos computacionales que permitan validarla. Además, esperan que la puesta en marcha de nuevos instrumentos, como el Legacy Survey of Space and Time, del Observatorio Vera Rubin, les permita observar mejor su hallazgo y encontrar su origen. Incluso puede que encuentren más explosiones cósmicas como esta. Hasta entonces, puede decirse que ellos ya han hecho historia.