En víspera decisión determinante del Consejo Constitucional, miles de personas salieron a las calles de Francia en protesta contra la impopular reforma de las pensiones del presidente liberal Emmanuel Macron.
«Si el Consejo aprueba el proyecto, seguiremos manifestándonos y saldremos de nuevo a la calle«; declaró bajo la llovizna Tamara Aslamov, una joven estudiante universitaria de 18 años, delante de la Ópera de París.
Los nueve «sabios» del Constitucional deben el viernes por la tarde pronunciarse sobre la validez de la reforma y sobre un pedido de referendo sobre la edad de jubilación solicitado por la oposición de izquierda.
Mientras tanto, la tensión es latente. Al paso de la manifestación por delante de la sede del Consejo, manifestantes radicales lanzaron proyectiles contra agentes antidisturbios, que respondieron con gases lacrimógenos.
Conflicto social en las calles de Francia
Las autoridades prohibieron cualquier manifestación ante esta institución, situada cerca del Museo del Louvre, a partir del jueves por la noche y desplegaron un fuerte dispositivo de seguridad.
Por lo tanto, los sindicatos y una mayoría de los franceses, según los sondeos, quieren que el gobierno dé marcha atrás a retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030, y a adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años, y no 42, para cobrar una pensión completa.
Tras meses de manifestaciones masivas, el conflicto social se encuentra enquistado y la relación se tensó en las últimas semanas entre Macron y los líderes sindicales.
Cabe destacar que, el líder del sindicato moderado CFDT, Laurent Berger, advirtió incluso antes del inicio de la marcha en París que el combate «está lejos de terminarse».
La huelga en sectores clave como el transporte y la energía también tiene un alcance menor; si bien los basureros de París prevén retomar su paro.