"Esta mañana todos los servicios ambulatorios de la Dirección de Salud e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano fueron suspendidos temporalmente para sanear el ambiente después de un hallazgo positivo de COVID-19 en un paciente ayer", señaló esta mañana en un comunicado el jefe de prensa vaticano, Mateo Bruni.
En una nota a los medios, Bruni destaca que "el Departamento de Primeros Auxilios sigue funcionando" y que "el Departamento de Salud e Higiene está informando a las autoridades italianas competentes y mientras tanto se han iniciado los protocolos sanitarios".
Pese a ello, la Diócesis de Roma ha anunciado el bloqueo hasta el 15 de marzo de las "actividades pastorales no perjudiciales". Según informa Vatican News, en una comunicación firmada por Mons. Pierangelo Pedretti, prelado secretario del Vicariato Capitolino, informa de la decisión de suspender hasta el próximo 15 de marzo "las actividades no sacramentales", es decir "los catecismos de los sacramentos de la iniciación cristiana, los cursos de preparación al matrimonio y el acompañamiento de parejas, los retiros y ejercicios espirituales, las peregrinaciones, las actividades asociativas y oratorias, los viajes de fe de jóvenes adolescentes y adultos y, en general, todas las actividades de grupo".
Sí a las celebraciones, pero con precaución
Las medidas ordenadas, cabe señalar, se refieren al Decreto emitido ayer por la Presidencia del Consejo de Ministros para hacer frente a la emergencia del Coronavirus. Se permitirán "las celebraciones litúrgicas en días laborables y festivos, siempre que el lugar de culto permita respetar las medidas de precaución que las autoridades competentes consideren esenciales, en particular para mantener al menos una distancia de un metro entre las personas".
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También se sugiere que se preparen "celebraciones al aire libre" y que se invite a los fieles, especialmente en el sector del centro, a participar en celebraciones en iglesias más grandes. Las indicaciones dadas por el Vicariato el 3 de marzo pasado siguen vigentes: "omisión del signo del intercambio de la paz, recepción de la Sagrada Comunión en la mano y vaciado de las pilas".
La caridad no se detiene
Además, se prevé que las visitas a los enfermos se efectúen respetando aún más estrictamente las condiciones de distancia e higiene mínimas, utilizando las máscaras adecuadas y "limitando las posibilidades de interacción con los mismos sujetos débiles a la administración de los sacramentos y de los sacramentales".
Por lo tanto, se invita a las comunidades parroquiales a no interrumpir los servicios de caridad, coordinando con la Cáritas diocesana. En particular, "se fomentan las iniciativas de acercamiento a las personas mayores solitarias que viven en su territorio, al menos a través de contactos telefónicos".
Se recomienda, por tanto, que Cáritas, emporios de solidaridad y centros de distribución de alimentos concierten citas con las personas asistidas y no fomenten la apertura indiscriminada, para evitar los grupos. No a la interrupción de los servicios de comedor social, servicios de acogida para los sin techo y los solicitantes de asilo, pero con la atención de seguir escrupulosamente las instrucciones de seguridad.
Llamada a la responsabilidad
Las recomendaciones que se han hecho hoy -leemos finalmente- "pretenden concretar el modo de vivir los instrumentos ordinarios del itinerario cuaresmal -la oración, el ayuno, la caridad- en el contexto actual, llamando a toda la comunidad eclesial a una responsabilidad particular".