Con una solemne eucaristía y el templo abarrotado de cientos de fieles, que se apretujaban para caber en la edificación; el municipio Diriomo celebró este 2 de febrero, la fiesta de la Candelaria.
Tras finalizar la eucaristía, cientos de fieles hacen valla de honor en el templo y fuera de este; para lograr ser cobijados por el manto de la Virgen, en señal de acogerse al amparo de la madre de Jesús.
La veneración a la imagen de la virgen en Diriomo, es una tradición con casi dos siglos de existencia, que se transmite de generación en generación. Tal es el caso de la señora Perrona López, quien afirma que su mamá le encomendó antes de partir, el continuar con la visita al santuario.
«Hoy vengo a ver a la Virgen, cumpliendo la promesa que le hice a mi mamá. Aun con dificultades, vengo a verla y agradecerle por su intercesión, a la vez que pedirle para que mi familia esté sana y bien»; indicó.
Una enorme tradición en Diriomo
Además de la fuerte conexión espiritual, las fiestas patronales del municipio traen consigo una fuerte dinámica comercial; debido a la presencia de emprendedores locales y de otros municipios, apostados en las afueras de la iglesia, el parque central y sus alrededores.
Rosarios, calendarios, veladoras, melcochas, comidas rápidas y las tradicionales candelas de cebo, forman parte de los productos ofertados por los comerciantes a las familias.
Candelaria: una celebración con evocación a Navidad
Tanto la iglesia católica romana, como la ortodoxa, celebran el 2 de febrero la Fiesta de la Luz, conocida como Candelaria; en conmemoración de la presentación en el templo del Niño Jesús y la Purificación de la Virgen María, teniendo como centro a Jesús, «Luz de las Naciones».
Es costumbre bendecir las imágenes del Niño Dios y candelas, las cuales son tradicionalmente ocupadas por los fieles para ser encendidas durante el mal tiempo y para orar por las personas en agonía.
De esta manera, en Diriomo se mantienen las tradiciones.