¡Ahí Les Va!, en su edición del 23 de enero, habló acerca del fracaso de Juan Guaidó, como autoproclamado presidente de Venezuela, y de los 4 años de estrategia de Estados Unidos con el.
Todo comenzó exactamante el 23 de enero, hace 4 años, y aunque esta historia termina de la forma que era bastante previsible que terminaría; la moraleja cobra gran importancia en el contexto actual.
Tras la autoproclamación llegaron los mantras de reconocidos, por más de 50 países, «cese de la usurpación, gobierno de transición, elecciones libres»; repetidos con menguante fervor, según transcurrían los meses primeros y los años después, hasta convertirse en su propia caricatura.
«Un intento de golpe de estado, y una asonada armada a cargo de mercenarios extranjeros. Ambos eventos fracazados como minimizados en su momento por los grandes medios, con todo tipo de eufemismos comprensivos, como silenciados en vocerías del occidente colectivo», dijo Mirko Casale, presentados de ¡Ahí Les Va!.
Fuera del país, seguidores de Juan Guaidó tomaron embajadas por la fuerza con permiso de las autoridades locales, el congelamiento o apropiación de bienes del estado venezolano para ‘resguardarlos’, desde el oro o divisas, guardados en bancos europeos, hasta gigantescas empresas, como Monómeros en Colombia o Citgos en Estados Unidos.
Nada de eso logró concretar ni la salida de Nicolás Maduro, ni mucho menos la toma de poder por parte de Juan Guaidó.
Quiénes apoyaron, ya se retiraron
Los propios diputados venezolanos que lo apoyaron en su momento; y que hoy sesionan en una asamblea autoproclamada con el mismo basamento legal que la presidencia de Guaidó, fueron quienes finalizaron su intinerato por Zoom.
Desde un ambito geopolítico, también hay motivos para que, sin dejar de hablar de fracaso, resulte más complicado hablar del mismo, pero en mayúsculas.
En Washington pueden ser muchas cosas, pero no estúpidos. Cuando lanzaron esa estrategia en Venezuela en 2019, sabían muy bien lo que hacían. Y en Bruselas, donde también pueden ser muchas cosas, no dudaron en seguirla.
«Para la casa blanca y sus aliados a nivel global, lograr sentar a Guaidó en Miraflores, sería un éxito, pero no lograrlo, no sería un fracaso», concluyó.