El exoplaneta Fomalhaut b fue uno de los primeros detectados con imágenes directas, su hallazgo fue anunciado en 2008, pero parece que nunca existió y lo que observó el telescopio espacial Hubble fue, en realidad, un nube de polvo en expansión, posiblemente de una colisión cósmica.
Así lo señala un estudio de la Universidad de Arizona que publica hoy lunes la revista PNAS, en el que analizaron todos los datos del Hubble, los cuales revelaron varias características que llevan a pensar que “puede que nunca haya existido”
Los autores concluyen que el telescopio localizó en realidad una nube en expansión de finas partículas de polvo, resultado de dos cuerpos helados que chocaron entre sí.
La existencia del exoplaneta, que orbitaba a la estrella Fomalhaut, ubicada a 25 años luz de distancia, se anunció en 2008, sobre la base de datos recogidos en 2004 y 2006.
El supuesto exoplaneta fue claramente visible durante varios años en las observaciones del Hubble, que revelaron que era un punto en movimiento.
Hasta entonces, la evidencia de exoplanetas había sido normalmente inferida a través de métodos de detección indirectos, como sutiles vaivenes estelares y sombras de planetas que pasaban por delante de sus estrellas.
Sin embargo, a diferencia de otros exoplanetas observados directamente, algunas dudas empezaron a surgir con Fomalhaut b, pues era un objeto brillante en la luz visible, algo “muy inusual para un exoplaneta”, que es demasiado pequeño para reflejar suficiente luz de su estrella anfitriona para ser visto desde la Tierra.
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Además, no tenía ninguna firma detectable de calor en infrarrojo, algo también extraño, ya que un planeta debería estar lo suficientemente caliente para brillar en ese espectro, especialmente uno joven como era este caso.
Teniendo en cuenta los datos disponibles, los autores piensan que la posible colisión ocurrió no mucho antes de las primeras observaciones realizadas en 2004, es decir, que el Hubble llegó demasiado tarde para ser testigo del choque de los dos objetos helados, pero pudo haber captado sus consecuencias.
"Estas colisiones son extremadamente raras y por lo tanto es un gran problema que podamos ver evidencias de una", dijo Andreas Gaspar de la Universidad de Arizona, y autor principal del estudio.
Los astrónomos interpretan que la nueve de polvo que sería Fomalhaut b se está expandiendo lentamente desde el choque y se disipa en el espacio. EFE