Con orgullo patrio fue recordado este 21 de septiembre en Nicaragua el gran poeta nicaragüense Rigoberto López Pérez, por el 66 aniversario de su paso a otro plano de vida.
La Juventud Sandinista, miembros de UNEN, chavalos de la Federación de Estudiantes de Secundaria y servidores públicos del Ministerio de Gobernación se dieron cita al monumento que lleva su mismo nombre en la Rotonda Universitaria, para colocar una ofrenda floral a este héroe nacional que es un símbolo para Revolución Popular Sandinista.
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«Tenía, pues, Rigoberto 27 años. Toda una vida por delante como cualquier joven lleno de sueños, lleno de ideales, soñador de una patria libre, de una Nicaragua bendita y una Nicaragua soberana. Y es basado en esos principios inquebrantables de amor a la patria que Rigoberto toma una gran decisión de lo que significaría en aquel momento ese paso a la inmortalidad»; manifestó Aldo Almanza.
«No solamente se atrevió a retar a la dictadura, sino a la vida misma, sin saber que 66 años después la juventud heredera de su legado de lucha inclaudicable, sin saber que en las páginas de nuestra historia su nombre quedaría grabado»; agregó.
Hazaña de Rigoberto López Pérez
Rigoberto López Pérez al ver sumergido su país en una dictadura perversa y asesina decidió cambiar los versos por una arma; y ser parte de los muchos héroes que liberaron a Nicaragua de la opresión y convertirla en una Patria Libre.
«Esa acción heroica de Rigoberto marcó el principio de la restitución de derechos con el programa histórico FSLN y es gracias a esto que hoy tenemos hospitales, carreteras, educación de calidad y gratuita, haciendo historia, uniendo al Atlántico y el Pacífico con el puente Wawa Boom, llevando el progreso a cada rincón de nuestra Nicaragua amada”; indicó Karen Martínez, presidenta del CUUN-UNEN.
“Hoy todos somos Rigoberto. Y al colocar esta flor adquirimos el compromiso, ese ejemplo para defender las victorias obtenidas. Y construir amor y unidad a las victorias por venir”; finalizó.
El 21 de septiembre de 1956 el poeta leonés marcó el inicio del fin de la dictadura somocista; y su muere significó la continuación de las ideas libertadoras del General Augusto C. Sandino.