Un hombre de 56 años es la decimocuarta muerte por coronavirus en El Salvador

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El Ministerio de Salud confirmó este martes la decimocuarta muerte por COVID-19 en El Salvador.

Se trata de un hombre de 56 años, con quien “se cumplió todo el protocolo de UCI”, según las autoridades.

De nuevo, el Gobierno no ha dado más detalles sobre dónde estuvo hospitalizado el paciente o qué otro padecimiento presentaba.

El lunes, un soldado que estuvo en Iraq en 2005 se convirtió en la decimotercera víctima del coronavirus, según confirmó el Ministro de Defensa, René Francis Merino Monroy en conferencia de prensa.

 

Lo que el ministro evadió contestar en la rueda de prensa fue cuando le preguntaron cuántos soldados están en cuarentena: dijo que esos datos y protocolos los maneja el ministerio de Salud.

 

Mientras que el domingo se registró la víctima mortal número 12. Se trató de un hombre de 40 años de edad, quien tenía como antecedente médico que padecía obesidad.

Entre el 31 de marzo y el 5 de mayo, 14 personas han fallecido en El Salvador a consecuencia de haber adquirido el COVID-19. En todos los casos es más lo que ignoramos que lo sabemos sobre estos pacientes.

Falta más información

Sobre la décima víctima se ignora el municipio y departamento donde residía; tampoco se sabe si tenía alguna enfermedad crónica.

 

Solamente en el caso de la cuarta persona fallecida por COVID en El Salvador se sabe cuándo presentó los primeros síntomas. Y únicamente en el caso de la primera víctima local, se sabe cuándo le hicieron la prueba del COVID-19 que resultó positiva.

Esta información podría ser útil para saber cuánto tiempo tardaron estas víctimas en manifestar síntomas.

“Lo más importante es saber la fecha de inicio de síntomas y la fecha en que se le hizo la prueba. Los epidemiólogos deben buscar los nexos. Para mí catalogarlos como importados o locales ya no sirve de nada”, afirma el intensivista José Gonzalo Batres Baires, médico salvadoreño que atiende pacientes con coronavirus en un hospital de Munich, Alemania.

Mientras que el infectólogo Iván Solano Leiva considera necesario saber si las personas fallecidas por COVID-19 tenían enfermedades crónicas o no y a cuántos días de haber iniciado los síntomas presentaron complicaciones o se volvió severa la enfermedad.

Recordó que seis o siete días de iniciada la enfermedad comienza la variedad severa. También considera necesario saber qué tratamiento les proporcionaron a los pacientes: “Si les dieron hidroxicloroquina y azitromicina o qué otro tratamiento les dieron a estos pacientes con neumonía severa”, informó El Diario de Hoy.