Jafeth y Juan Francisco son hermanos, durante su infancia compartieron juguetes, amigos y momentos en familia. Hoy, por circunstancias de la vida, comparten la misma experiencia; accidentarse en motocicleta. El primero que colisionó fue el de 21 años y tres meses después, el menor de la familia.
Uno de los accidentes fue presenciado por Arlen Guilén, mamá de ambos; mientras el otro accidente lo supo a través de una llamada telefónica.
«Incluso yo digo que fue imprudencia mía, yo iba muy pegado al andén y no guardé distancia como dicen los 50 metros que hay que guardar»; dijo Jafeth Guillen quien además agregó que producto del impacto, su casco se quebró dejándolo con el rostro ensangrentado.
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«En mi caso fui culpable también porque yo fui muy imprudente«; dijo Juan Francisco.
Otra situación que los une es el hecho que ambos están a la espera de una cirugía. Uno de ellos para continuar profesionalizándose y el otro para recuperar su movilidad. «La mandíbula me la quebré, como que me disloqué, puntadas y quemaduras por fricción«.
Antes no podía mover una pierna y una mano y en el trascurso de recuperación ya las puedo mover; solo tengo la fractura en la columna que estoy esperando operación.
«Sí, ha sido bien duro; pero sobre todo yo le doy gracias a Dios que los tengo vivos«, dijo la mamá de ambos.
¡Ya los dejo listos!
«Me tengo que levantar temprano, los tengo que dejar listos, arreglados, y oriento me le das esto a uno, lo otro al otro; porque son medicamentos diferentes«; agregó la mamá.
«La verdad que me siento bien culpable; porque no me gusta que mi mamá esté lidiando con esta carga; aunque sea mi madre y yo sea su hijo, es muy fuerte», continuó Jafeth.
«Es duro porque por lo menos yo que no puedo caminar me siento feo, porque estoy acostumbrado a estar de un lado para otro. No estoy acostumbrado a estar a un solo lugar; fue un golpe bastante fuerte, a mí me pusieron choques en el corazón porque un pulmón lo tenía perforado» dijo Juan.
Las autoridades confirman que la mayor ocurrencia de accidentes en moto pasan en fin de semana; a estos se le suman los que ocurren de las 6 a 11 de la noche y en tercer lugar, los accidentes reportados por la madrugada.
«Hay que recordar que en cada largo camino hay alguien que nos está esperando para decirnos ‘te amo’, ‘gracias por venir bien’, y que el apuro no deja nada bueno«; continuó Jafeth.
Jóvenes irresponsables
«Yo no quería que Juan, tuviera moto, ‘¿para qué querés moto, si podés irte en bus y venir en bus?; se lo decía porque miraba irresponsabilidad»; continuó, doña Arlén.
«Mi otro hijo también es muy inmaduro, para mí es como que ande con un niño de 5 años en moto; es arriesgado. Esa es la conciencia que yo quería que ellos hicieran que son prematuros en muchas cosas«; finalizó la madre.
Quizás un día este sea un mal recuerdo en ambos hermanos; por hoy se encuentran más unidos que nunca, brindándose ese apoyo, ese amor, esa lealtad que solo una familia puede dar.