Para facilitar los intercambios comerciales, la Comisión de Europa manifestó su deseo de que los grandes ejes ferroviarios del continente tengan el mismo ancho de vía, y evitar así los transbordos en las comunicaciones con España, Portugal, los países bálticos o Ucrania.
Según el texto, que tendrá que ser debatido por los Estados y los eurodiputados, Bruselas quiere que las nuevas líneas de ferrocarril se construyan adoptando el ancho de vía estándar de 1,435 metros y que las líneas ya existentes que forman parte de los corredores se adapten a esa medida.
Las principales vías férreas de la mayor parte de los países europeos respetan ese ancho, elegido como estándar en el Reino Unido en 1845.
Peor hay otras redes con anchos de vías distintos, como las de países antaño pertenecientes a la extinta Unión Soviética, como los países bálticos, Moldavia, Ucrania, Bielorrusia y Rusia (1,520 m); Finlandia (1,524 m), Irlanda (1,600 m) y Portugal y España (1,668 m).
Mejor operatividad en Europa
«La migración hacia el ancho europeo estándar […] busca una mejor interoperabilidad del transporte ferroviario en la Unión y con los países vecinos de fuera del bloque»; explicó una portavoz de la Comisión de Europa a la AFP.
En la práctica, España ya ha construido sus nuevas redes con ese ancho y conectado la ciudad de Barcelona (noreste) a Francia con el ancho de vía estándar.
Y la futura red que atravesará los tres Estados bálticos de norte a sur (Rail Baltica) y conectarlos a la red polaca también tendrá ese ancho de vía.
De momento, la Comisión de Europa no ha mencionado cifras, pero ha dejado caer que la conversión podría realizarse con subvenciones europeas.
Los 27 deben empezar a estudiar el texto en septiembre.