Maestro de generaciones, Jesús Sequeira Monge, en 1980 se unió a una gran batalla. El arma no era un fusil sino un lápiz y una cartilla, dispuesto a ser parte de la Cruzada Nacional de Alfabetización.
Junto a él salían miles de jóvenes, hombres, mujeres, a diferentes partes del país. En ese entonces Sequeira estaba a cargo de un grupo de muchachos rumbo a Río San Juan.
«Nos integramos 32 maestros en la Escuadra Roja y Negra para ir a cubrir a Río San Juan. Nos fuimos en un lanchón, íbamos profesores y alumnos de Masaya, Masatepe, Granada. Fue una gran travesía, era mucha gente, nos reunieron para distribuirnos. A nosotros los de Masaya nos tocó El Morrillo, San Carlos, Costa Azul, Papaturro, Buena Vista, algunos que ya no recuerdo»; menciona Sequeira.
Junto a él guarda uno de sus más preciados recuerdos tangibles de esta epopeya, una cotona color gris y aunque ya el paso del tiempo se le nota en la tela, simboliza amor a la patria.
Alfabetización era sinónimo de Revolución
«Prometimos respetarla, es lo que me valorizó. Fuimos con una confianza, con un deseo de movilizarnos, con una conciencia plena y confianza para entregarnos al campesino. Cuando nos la entregamos prometimos ser guerrilleros de la alfabetización»; agrego Sequeira.
Para el campesino, el de a pie, el humilde no había acceso a la educación. Esta historia la cambió el Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Disposición, amor a la patria y al hermano. La Gran Cruzada de la Alfabetización simbolizó la reducción de los niveles de analfabetismo de un 52% al 12.9%.
Y en las filas de alfabetizadores estaba ella, una joven morena y amable sonrisa, quien hoy tiene 57 años. Su nombre Gladis Hernández.
«Tenemos ese amor y lo tenemos a la patria. Queríamos dar y enseñar a nuestros hermanos campesinos. Fue difícil, pero aprendimos también de nuestros hermanos campesinos. Era una época en que cargábamos nuestras mochilas, botas, sombreros»; recuerda Hernández.
Esta experiencia para Hernández, oriunda de Nandasmo, Masaya; significó a sus casi 16 años encontrar su vocación. Hoy es educadora de profesión.
Territorio libre de analfabetismo
Nandasmo es el primer municipio declarado territorio libre del analfabetismo un 2 de agosto de 1892.
A sus 31 años Manuel Salvador Vivas de este municipio, fue el primer alfabetizado. Recuerda la entrega de estos jóvenes sentados en la acera de su vivienda en este pueblo. Su hogar también acogía a los alfabetizadores.
«Fue de lo más importante que pudo darse en ese momento, porque luchar con lo que ha pasado en toda la historia negativamente y sacarlo de ahí a lo positivo eso fue fantástico. En ese momento no nos imaginábamos la trascendencia que esto tenía. Fue una epopeya que valió la pena vivirla»; dijo Vivas.
A nivel mundial fue reconocido este esfuerzo del Gobierno sandinista con la alfabetización, una batalla contra la ignorancia.
Tras salir de la oscuridad e ignorancia, hoy el Gobierno sandinista garantiza mejores condiciones y más programas se desarrollan para evitar el abandono en las aulas de clases.
Trascendencia de la gesta histórica
En el municipio Nandasmo se continúa impulsando la educación gratuita y de calidad.
Además, se ha venido incorporando «lo que es primaria a distancia en el campo, secundaria a distancia en el campo, que son jóvenes que no podían seguir sus estudios por alguna razón en educación regular. En este horario flexible pueden seguir sus sueños»; menciona Osman Chávez, delegado departamental del Ministerio de Educación.
El compromiso sigue vigente. La Gran Cruzada Nacional de Alfabetización cumple 42 años, pero las palabras del Comandante Carlos Fonseca Amador, han viajado en el tiempo: Y también enséñales a leer; eso continúa llegando a todos y todas con el Gobierno sandinista.