Ni Saul ni Gene, simplemente Jimmy. Con un final que marca la cúspide de la narrativa para la televisión, Better Call Saul denota el más alto nivel que existe en esta bella era que vivimos de la «peak tv».
Con 63 episodios, más que su antecesora, BCS es un producto que jamás en la historia de los spin-offs se podrá repetir. Es una auténtica genialidad de los escritores más fabulosos que existen en la actualidad.
Lo vengo diciendo desde hace tiempo, ya el cine no sorprende tanto como las series de tv. Y aquí nuevamente se muestra mi punto. La ejecución de «Saul Gone», nombre que da vida al cierre de esta serie, es una joya para estudiarse por los siglos venideros.
Que luego de ser una serie extensa, la cual además es una precuela/secuela de Breaking Bad, y que todavía en sus últimos 20 minutos no sepamos qué va a ocurrir con nuestro protagonista; es símbolo de saber tejer un argumento con manos divinas.
Entre la redención y la avaricia
Better Call Saul se despide con un sabor agridulce. Nos presentaron unos flashbacks impresionantes y cameos que encajaron a la perfección, como si se tratase de un rompecabezas que no sabíamos que teníamos enfrente.
Y sí, es cierta la frase que dijeron sus creadores, luego de esta temporada final de BCS, no volveremos a ver igual a Breaking Bad.
La anterior es la serie más respetada de la historia; sin embargo, ahora con Better Call Saul, obtiene una nueva visión e incluso una nueva vida. Muchos queremos volver a verla ahora con otros ojos.
Pero si nos centramos en el estudio de personaje de Saul Goodman, es un viaje enorme de extremos; de redenciones y ambiciones, de amores eternos, infortunio, así como de balas, drogas y cárteles peligrosos. Y todo cierra de forma magistral con su regreso a ser James McGill.
Hasta siempre, Better Call Saul
El cierre de esta serie conecta perfectamente con todo lo que se viene contando desde su inicio. Ni qué decir del nivel de las actuaciones, que están 10/10, en sincronía con la perfección de la manufactura de este episodio y de toda la temporada.
No, Better Call Saul jamás será como Breaking Bad, ni viceversa. Probablemente sea mejor. No tienen una diferencia tan marcada como Chuck y Jimmy, pero sí lo suficiente para que cada una se valore por sí misma, aunque todavía de mejor forma cuando las pensamos como un gran conjunto.
También hay que rescatar que este capítulo nos mantuvo con emociones y expectativas al filo, en que la balanza pudo irse de un lado o para el otro; pero se fue al mejor, al más concreto y con unas escenas finales que son tanto tristes como esperanzadoras.
Definitivamente, no hay nada más que agregarle a Better Call Saul. Fue un producto perfecto, y ahora, entre las mejores series que se han hecho en la historia.
Pronto haré un review más a profundidad desde mi podcast, Echados Viendo Tele.