Jinotega es un departamento ubicado al norte de Nicaragua, caracterizado por un clima fresco, paisajes agradables, tierras fértiles y gente trabajadora. En una comunidad rural en el corazón de la montaña vive Damaris Dávila, productora y madre de familia, quien nos cuenta que en Mancotal, las cosas han cambiado. “Es más seguro ahora”, destaca.
Damaris trabaja en su parcela de café y a la par se dedica a la crianza de cerdos. “El bono de las cerdas, el plan techo, el café… el abono que dan para producir más”; cuenta entre los beneficios recibidos que han logrado que su calidad de vida mejore.
Como ella hay cientos de mujeres y hombres que están siendo atendidos por diferentes instituciones que buscan acabar con la pobreza extrema en Nicaragua.
“Estamos dando el seguimiento técnico, asesorando a nuestros productores, seleccionando y capturando tecnologías agropecuarias que vayan a fortalecer a nuestros productores”; explicó el delegado del INTA en Jinotega, ingeniero Edgar Fonseca, mientras realiza una visita de campo a los productores de Mancotal.
Organización desde el trabajo de campo
Para que el campo produzca pensando en las generaciones venideras; los jóvenes deben involucrarse y apropiarse de sus tierras. Así lo ha hecho Edwin López y su familia quienes habitan en la comunidad El Yankee.
“Laborar la tierra, sembrar los frijoles, el maíz”, señaló este joven campesino. En el campo, tener animales en la finca hace la diferencia entre tener o no tener qué comer, por eso el despliegue de programas como el bono tecnológico representa el cambio de la realidad que vivían estas familias.
«En los bonos tecnológicos que se imparten vienen los cerdos, vienen las gallinas. Entonces uno tiene todo eso en su hogar y ya no está comprando todo eso… (quizás) un huevito, algo ahí”; comenta la señora Ruth López.
A un paso de garantizar soberanía alimentaria en Nicaragua
Según datos de las autoridades de Nicaragua, el sector agropecuario nacional asegura el abastecimiento de más del 80 por ciento de los alimentos que se consumen en este país.
Para el joven productor ganadero Lesther Chavarría, las acciones impulsadas en este país son acertadas, pues van enfocadas en los productores con menos recursos disponibles.
“El objetivo ha sido ayudar aquellos productores que no tienen solvencia económica, pero que tienen el deseo de trabajar, tienen el terreno. Pero no cuentan con los recursos para acceder a semillas”; expresó.
Otra estrategia que se suma a garantizar los alimentos en las mesas de los nicaragüenses, es la creación de cooperativas y programas que permiten a los productores organizarse para vender mejor sus productos.
La unión hace la fuerza
Tomatoya es un ejemplo de cómo la unión de productores y campesinos puede lograr alcanzar metas empresariales importantes.
Según Orlando Pineda, gerente de dicha cooperativa la asociación de campesinos permite la negociación de precios con grandes redes de supermercados. “La cooperativa trabaja con toda la red de supermercados. Es un honor saber de qué el fruto del esfuerzo del campesino que sale a trabajar desde las 4 de la mañana, todo ese producto lo podemos garantizar a toda Nicaragua”; aseveró.
De esta manera también la juventud en el campo se ve motivada a quedarse en el país.
«Me siento orgulloso de ser campesino, de poder labrar la tierra”; reflexiona Edwin López, quien además estudia su quinto año de la carrera de inglés y mantiene firme su postura de vivir en su comunidad.
«Prefiero seguir aquí en el campo»; comenta.
¿Se está logrando reducir la pobreza en Nicaragua?
Según el presidente de la Cooperativa Tomatoya, “sí se ha reducido la pobreza, sí estamos viendo que los jóvenes están siendo el relevo generacional de las personas mayores y de aquí no se nos van”.
Otro factor importante que agiliza esta meta, es la creación de espacios de comercialización más justos. “Tenemos acceso a vender bien nuestros productos como en el caso del café por medio de cooperativas, por medio de expo ferias. Existe un comercio justo desde entonces”; apunta el productor Chavarría.
José Ramón Berríos, delegado del Ministerio de Economía Familiar, Comunitaria, Cooperativa y Asociativa (MEFCCA) en el departamento de Jinotega, considera que parte de estos avances en la sostenibilidad de la soberanía alimentaria es el acompañamiento directo.
«La orientación que se nos dio como sistema, fue a trabajar con el campesino”; señala Berríos.
Estos esfuerzos combinados marcan números históricos en producción nacional y en exportación para Nicaragua.
«Estamos produciendo para consumo nacional, pero también estamos vendiendo a otros mercados a nivel internacional»; destaca el ingeniero Fabio Gómez, funcionario de Gobierno que trabaja para el Ministerio Agropecuario.
El plan nacional de lucha contra la pobreza y para el desarrollo humano busca alcanzar en el 2026 más del 95 por ciento de la cobertura de la seguridad alimentaria en Nicaragua.