La ecoansiedad, es la angustia o temor excesivos que produce la crisis climática mundial y la amenaza de un desastre medioambiental.
De hecho, según una encuesta publica en The Lancet, la angustia relacionada con el cambio climático está presente en el 84% de jóvenes de entre 16 a 25 años, y un 59% de ellos asegura estar muy preocupado.
Esto se traduce en que más de la mitad de los jóvenes siente emociones como tristeza, ansiedad, enojo, frustración, impotencia y culpa, sentimientos que se acrecientan al considerar que los gobiernos no hacen lo suficiente para evitarlo.
Aunque preocuparse e intentar hacer algo por cambiar esta situación debería ser una obligación para todos, debemos evitar que nos produzca angustia hasta tal punto que afecte a nuestro día y nuestra salud emocional y mental.
¿Has escuchado hablar de la #ecoansiedad? 😰 🌍 También llamada #climateAnxiety, es un “temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental” 👀 🔜. La #SaludMental, igual que la del planeta, no es un juego 🧠 🌍 ¿Quieres saber más sobre esta nueva afección? 👉 https://t.co/9z59HDNx5u pic.twitter.com/d26GOd5j17
— MAPFRE (@MAPFRE) July 30, 2022
¿Qué hacer para evitar la ecoansiedad?
La ansiedad es ‘contagiosa’, es decir, que, si en casa un adulto la padece, es más probable que los menores de la casa la sufran. Conteniendo nuestra ansiedad primero, tendremos mucho ganado con los adolescentes y los niños de la casa. Para ello, podemos llevar a cambio una serie de estrategias para que nuestra preocupación por el planeta no nos angustie:
•Información, sí, pero con precaución. Mantenerse informado sobre el tema es importante, pero no sea el único tema del que nos informemos ni busquemos información de manea convulsiva. Sobreinformarse o buscar solo información con este problema acrecentará tu ansiedad.
•No intentes aleccionar a los demás. Una sobreinformación puede llevar también a que tus conversiones se convierten en monotema en tus reuniones sociales, con tu familia… un círculo vicioso que te hará pensar en el tema más de la cuenta.
•Quédate con lo positivo.
•Haz tu parte. La mejor manera de combatir la ecoansiedad es siendo coherente y, en lugar de dejarte abandonar por el desánimo o el ‘nada vale para nada’, pon el granito de arena que crees que deberíamos poner todos para que las cosas cambien.