MANILA, Filipinas (AP) — Filipinas se ha convertido en un núcleo global de la explotación sexual de menores a través de internet, y las cuarentenas para combatir el coronavirus, que han confinado a millones de personas a sus hogares, podrían estar empeorando los abusos, según dijo el jueves un funcionario de Estados Unidos.
Los casos de explotación sexual de menores a través de Internet se han disparado de forma drástica en Filipinas en los últimos años, según un nuevo estudio publicado el jueves por International Justice Mission, con sede en Washington. Los padres acceden a los abusos sobre sus hijos a cambio de dinero.
La organización no gubernamental ha ayudado a localizar y procesar a agresores en Filipinas.
“El confinamiento global con la pandemia de COVID-19 sólo parece estar impulsando este fenómeno”, dijo John Richmond, miembro del Departamento de Estado y que supervisa los esfuerzos estadounidenses por combatir el tráfico de personas, en una presentación del estudio a través de internet.
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Explotadores en casa
En la mayoría de los casos, señaló, “los traficantes son en realidad padres o familiares cercanos de los niños a los que se está explotando”, dijo Richmond. “De modo que las órdenes de confinamiento suponen que los niños están confinados con sus traficantes”.
En la red de webcams participaban pedófilos en Estados Unidos, Canadá, Europa y Australia, que pagan a los intermediarios a cambio de abusos sexuales a niños, incluso bebés, en la privacidad de viviendas filipinas. Ellos miran y dan indicaciones para dirigir los abusos a través de servicios de videos en vivo a través de Internet.
El uso generalizado de inglés, la disponibilidad de conexión a internet y de sistemas para transferir dinero en efectivo se han combinado con una arraigada pobreza y el acceso fácil a niños vulnerables para permitir que se produzcan muchos abusos en Filipinas.
El estudio, que citaba a informantes de los abusos, señaló que se estima el número de direcciones IP utilizadas en Filipinas para abusos sexuales a menores subió de forma drástica, de unas 23.333 en 2014 a 81.723 en 2017, un aumento del 2505. La dirección IP identifica a un dispositivo conectado a Internet.
El estudio mostró que el 64% de los casos de abusos sexuales a menores a través de Internet en Filipinas los iniciaron autoridades de otros países, principalmente por la falta de capacidad local para detectar el abuso, que a menudo sólo se descubre cuando fuerzas de seguridad extranjeras cercan a un agresor en el extranjero.
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En 90 casos con 381 víctimas de 2011 a 2017, 43 víctimas sufrieron abusos durante periodos entre los dos meses y los cuatro años. En los demás casos se desconocía cuánto tiempo duraron los abusos, según el estudio.
Las víctimas tenían una edad media de 11 años, y el más pequeño tenía menos de un año. Otro hallazgo preocupante era que casi la mitad de los abusos fueron organizados por los padres u otros parientes de las víctimas.