Una noche de cine nicaragüense se vivió este viernes en la Cinemateca Nacional, lugar donde se presentaron tres cortometrajes de producción cien por ciento nacional y de diversos ámbitos de interés. Por supuesto, cada uno con un mensaje distinto para hacer pensar y reflexionar sobre acciones que vivimos día a día.
El primer corto en salir a escena fue, «Ni la primera, ni la última», dirigido y producido por el maestro Julio Cruz. Este trabajo nos relata la historia de una madre que trabaja sin descanso a pesar de todas las dificultades; mientras que por otro lado está una hija que queda embarazada y no encuentra la forma de hacérselo saber a su madre ante la posible decepción que esta pueda llevarse. Al final, el apoyo incondicional se muestra una vez más por parte de la madre.
«No estamos exentos de la realidad. Vemos países dónde hay tiroteos cada día y nos preguntamos donde están los padres de esos jóvenes; pero, ¿Qué pasa con los nuestros? Aquí también nuestros hijos están buscando refugio en las calles, en las drogas y muchas cosas más y es por eso que debemos ser consientes y más responsables cuando de nuestros hijos se trata», relató Julio.
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Posteriormente se presentó el cortometraje, «Los vigilantes del bosque», historia cargada de ciencia ficción; donde nos hace ver como la naturaleza misma busca la forma de defenderse del «monstruo» en el que se ha convertido el ser humano.
«Debemos tomar conciencia acerca de lo que le estamos haciendo al planeta y poner de nuestra parte para buscar la forma de revertir el daño. Desde una bolsa que tiremos a la calle, ya vemos después lo que pasa cuando nos cae un buen aguacero; de igual forma la tala de árboles, después nos quejamos por tanto calor, básicamente de eso de trata», dijo Joaquín Pérez, director de esta producción.
Jugar con la mente del televidente
La noche cerró con el trabajo denominado, «Al Borde»; abordando la psicosis del ser humano y basado en un problema mental que acoge a una joven y que prefiere aislarse del mundo en lugar de buscar ayuda y aceptar la que le están ofreciendo. Historia que al final acaba con la vida de una persona pues la joven decide satisfacer sus bajos instintos sin importar los llamados de atención que de su alrededor le hacían.
«Problemas como este son más comunes de lo que creemos; pero estamos encerrados en una idea de no poderse tratar. Buscamos jugar con la mente del televidente y a la vez dejarle el mensaje de que todo tiene solución si buscamos o aceptamos la ayuda necesaria»; relató Joel Sánchez, productor y director de este trabajo audiovisual.