Un inocente niño de tres años mató sin querer a su progenitora a tiros el sábado; mientras la familia estaba sentada en su automóvil en un estacionamiento de un supermercado ubicado Dolton, un suburbio de Chicago, informaron las autoridades.
De acuerdo con la policía, el niño tomó un arma en el asiento trasero del automóvil de sus padres y comenzó a jugar con ella. Fue en ese momento cuando propinó el disparo mortal a Dejah Bennet, de 22 años, en el cuello; dejándola gravemente herida para que instantes después terminara falleciendo.
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“Esto podría haberse evitado“, declaró Andrew Holmes, quien se desempeña como miembro del consejo de administración de Dolton y encargado de responder a la crisis.
Holmes comenzó a repartir 400 candados para armas mientras hablaba con los compradores del supermercado donde comenzó el crimen; y les habló sobre todo a las familias acerca de la importancia de la seguridad con las armas.
“Todo lo que se necesita es un segundo: desbloquearlo, pasarlo por el cañón, volver a colocarlo; colocarlo y volver a bloquearlo”, acotó Holmes. “Si lo dejas, asegúralo”.
Entretanto, Robert Collins, jefe de policía de Dolton, manifestó que las autoridades tienen conocimiento de que el niño disparó el arma, pero que la pistola es responsabilidad del padre.
“No tenemos nada que indique que el padre disparó el arma, por lo que la vía que estamos siguiendo es que el arma era su responsabilidad”, precisó Collins.
“Es muy importante. Si tiene armas en casa, guárdelas, ciérrelas. Si tiene niños pequeños, no importa, se meten en cualquier cosa“, sostuvo Lyons.
Ante la tragedia, la policía arrestó al padre del niño, que estaba presente en el momento del tiroteo, y está bajo custodia mientras la policía determina si se le van a presentar cargos.