La colección que presentó este martes 1 de marzo, en pasarela la firma Christian Dior, de la mano de la diseñadora italiana Maria Grazia Chiuri; integró por primera vez tecnología en sus vestidos para adaptarlos a temperaturas extremas.
Este iba a ser el inicio, quizás, de una nueva era para Maria Grazia Chiuri en la maison. Y repasando las prendas de la colección más futurista que ha creado la italiana para la casa francesa; la idea no hace más que cobrar fuerza.
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El nombre de la colección, «Una nueva era«, puso el tono de esta nueva apuesta por ropa que ahora explora sus principios de artesanía no solo en los tejidos y en la costura, sino también en su capacidad técnica, gracias a una colaboración con la empresa emergente italiana D-Air Lab.
Los elementos técnicos se integran en las prendas dando alas a un diálogo hasta hace poco inimaginado en marcas de lujo como Dior, más ancladas en el clasicismo y la tradición que los jóvenes diseñadores que hasta ahora han experimentado con tecnología. De hecho, Chiuri defendió en un comunicado que esta línea representa un concepto de «poshumanidad».
Colores grises, corsés hinchables y con forma de chaleco salvavidas, vestidos de rejilla negros, maxicinturones de piel, maxifaldas plisadas y botas militares, dieron forma a la línea, que parecía convertir a las modelos en modernas guerreras.
Desfile de Dior en París un éxito
Entre los ejemplos de esta alianza entre tecnología y moda, Dior, destacó el mono que abrió la pasarela, una malla negra y simple pegada al cuerpo con luces integradas; que parecían reproducir las venas del cuerpo humano, capaz de mantener la temperatura corporal.
La chaqueta «Bar», corta, de hombros estrechos y marcada en la cintura, también se adapta a los nuevos tiempos integrando un sistema tecnológico que cuenta con un intrincado dispositivo de calefacción en la espalda.
El desfile de Dior, empezó con 45 minutos de retraso, muy probablemente debido a que faltaba la invitada estrella; la cantante Rihanna, que llegó luciendo embarazo; como ha sido el caso en sus últimas apariciones y bajó del coche con taconazos y minivestido más de tres cuartos de hora después de la hora programada.
El ambiente del desfile fue sobrio, con una espectacular instalación en color tinto y un centenar de cuadros decorando las paredes; fruto del trabajo de la artista italiana Mariella Bettineschi.