Habitualmente los agujeros negros se representan como un «monstruo destructivo» que engulle estrellas y planetas; pero la evidencia del Telescopio Espacial Hubble de la NASA muestra que un agujero negro conocido lo que hace, en realidad, es formar nuevas estrellas.
Este agujero negro reside en la galaxia enana llamada Henize 2-10; ubicada a unos 30 millones de años luz de distancia de la Tierra en la constelación austral de Pyxis o la Brújula.
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También conocida como ESO 495-21 y LEDA 24171, esta galaxia tiene solo 3.000 años luz de diámetro y alberga en su centro un agujero negro un tanto especial.
¿De dónde vienen todas estas estrellas?
Si los chorros de alta energía de partículas extremadamente calientes que emanan de los agujeros negros que se encuentran en el núcleo de las galaxias impiden la formación de estrellas.
¿De dónde vienen todas estas estrellas?, se preguntaron los astrónomos. Al parecer, según los datos recopilados por el Observatorio de rayos X Chandra de la NASA y el Telescopio espacial Hubble; los científicos han descubierto que un cúmulo de galaxias llamado Phoenix Cluster, a unos 5.800 millones de años luz de la Tierra, está dando a luz estrellas a un ritmo “furioso”.
Y este es el motivo; Este agujero negro del centro de la galaxia parece ser mucho más débil que los agujeros negros de otros cúmulos, y precisamente es lo que permite que se creen estrellas. Tiene apenas un millón de masas solares.
El efecto opuesto de el Agujero Negro
“Hace diez años, cuando era estudiante de posgrado y pensaba que dedicaría su carrera a la formación de estrellas, miré los datos de Henize 2-10 y todo cambió. Desde el principio supe que algo inusual y especial estaba sucediendo en Henize 2-10, y ahora Hubble ha proporcionado una imagen muy clara de la conexión entre el agujero negro; y una región vecina de formación estelar ubicada a 230 años luz del agujero negro”; explica Amy Reines, astrónoma del eXtreme Gravity Institute de la Universidad de Montana y coautora del trabajo que publica la revista Nature.
Como se encuentra “tan cerca”, el telescopio espacial Hubble ha sido capaz de capturar imágenes y evidencia espectroscópica de este agujero negro con bastante claridad y «la sorpresa adicional fue que, en lugar de suprimir la formación de estrellas, el flujo de salida estaba provocando el nacimiento de nuevas estrellas»; dicen los autores.
Las imágenes del Hubble son esclarecedoras: muestran un flujo de plasma (gas ionizado) «como un cordón umbilical» que se extiende desde el agujero negro. Este gas ionizado choca contra otra densa nube de gas cerca del borde de la galaxia enana, provocando que la nube forme cúmulos de estrellas.
“La sorprendente resolución del Hubble muestra claramente un patrón similar a un sacacorchos en las velocidades del gas; que podemos ajustar al modelo de un flujo de salida de precesión o tambaleo de un agujero negro. Un remanente de supernova no tendría ese patrón, por lo que es efectivamente nuestra prueba irrefutable de que se trata de un agujero negro”; aclara Reines.
Aunque este efecto no durará para siempre, por supuesto. Llegará un momento en el que el agujero negro deje de “ayudar” temporalmente a la formación de estrellas y haga lo que estamos acostumbrados a ver; sofocar el nacimiento de nuevas estrellas.