Una multitudinaria procesión salió de la catedral San Pedro y recorrió unos cuatro kilómetros hasta llegar a la Parroquia Nuestros de Señor de Esquipulas en Siuna; donde centenares de promesantes llegaron a cumplirle una vez más al Cristo Negro; descalzo, con los ojos vendados y luego de rodillas para agradecer los milagros del Cristo Negro.
Kenia Picado, es una de las que peregrino para agradecer al Cristo Negro por la salud de su hija, después de recorrer los cuatro kilómetros, entró a la parroquia de rodillas; cargando a su niña de cinco años, que fue operada a los siete meses a corazón abierto y logró sobrevivir a siete paros en tres meses en Siuna.
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“Es es el milagro y por eso cada año vengo a agradecer a Nuestro Señor de Esquipulas en Siuna, por que mi hija tiene cinco años; por eso le digo a la gente que tengan fe, que Cristo Negro es milagros”; afirmó la madre con lágrimas en sus ojos de felicidad.
Paula Castro es una devota que llegó a cumplir su promesa en Siuna, ya que el Cristo Negro hizo el milagro de que su hijo no fuera a sufrir a México; como otros que han sufrido en ese país, con secuestros y heridos por eso llegó a cumplir su promesa.
Peregrinación en Siuna
Para el mayordomo en Siuna Otilio Duarte dijo que es un honor servirle al pueblo de la mano de nuestro señor de Esquipulas; para que la población sigue en las rutas de la prosperidad, sabemos que Dios nos está bendiciendo.
Pero la procesión también permitió a los emprendedores en Siuna ofrecer sus productos como pañoletas; camisetas, banderas, como las que llegó a ofrecer Walter Espinoza y fue todo un éxito.
Espinoza señaló que gracias a Dios les fue muy bien con la venta de sus productos llegaron a ofrecer camisetas del señor de los milagros; cintillos, bandera, y gracias a Dios les fue muy bien.
La procesión culminó con una santa eucaristía presidida por su Eminencia Reverendísima, Monseñor Isidoro Mora Ortega obispo de la Diócesis de Siuna.