Difícilmente un musical es algo que apela a las masas, que es capaz de llegar a distinto tipos de personas desde sus orígenes hasta sus edades, sin embargo con Hamilton esa magia ocurre. Y vaya qué es especial.
A la vez es increíble pensar que una historia teatral y musical sobre uno de los Padres Fundadores de Estados Unidos, Alexander Hamilton, el primer Secretario del Tesoro, pudiera tener material tan entretenido y conmovedor. ¿Saben por qué es así? La genialidad de un hombre excepcional: Lin-Manuel Miranda.
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Fue este genio que ideó primeramente un álbum conceptual, pero el proyecto fue evolucionando hasta convertirse en una obra que ahora es una referencia cultural contemporánea.
¿De qué trata?
Desde los inicios de Alexander Hamilton, inmigrante que llegó a Nueva York para hacerse un nombre a punta de estudios e ímpetu por dejar un legado. Alguien que nunca desperdiciaría su oportunidad de ser alguien recordado en libros de historia.
Fue así que conoció a la gente adecuada y terminó convirtiéndose en la mano derecha de George Washington, siendo parte vital en la independencia de esta nación.
El musical nos lleva por alrededor de 50 canciones en 2 horas y 40 minutos en distintas etapas de Hamilton, así como de las personas que formaron parte de su historia; entre ellas los que lucharon con él, los que se opusieron a él, las que llegaron a amarlo y ese que le apagó la vida.
Veredicto
Con una combinación de música que navega por el R&B, Hip-Hop, Rap y música más tradicional de la ópera
Las canciones fluyen con un dinamismo absolutamente genial, en que existen partes divertidas y otras tristes, todas con un balance perfecto para que uno se quede conectado por completo. No me cabe duda que la música me quedará resonando por muchos años en la cabeza. Hamilton está disponible a través de Disney+ o algún otro rinconcito de internet.
