En 2021 se cumplen 164 años de la fiesta religiosa más popular de toda Nicaragua. Dicha actividad se originó en el departamento de León y a través de los años se popularizó en toda Nicaragua, incluso a traspasado nuestras fronteras.
Chinandega cuenta con alta participación de su ciudadanía en dicha tradición, esta varía según las costumbres de cada familia; muchas de ellas cuentan con varias generaciones que con mucha fe y devoción durante todo el año se preparan con los brindis o tradicionales gorras que entregan a los feligreses que visitan los altares de casa en casa entonando canticos a la santísima madre.
La joven Milagros Diaz relató «La actividad la tenemos desde hace 40 años, la empezó mi abuelita, cuando mi abuelita falleció, se la trasmitió a mi papa, mi papá murió en julio de COVID y ahora me toca a mí seguir la tradición y la idea es dejársela a mis hijas».
Nicaragua: Celebran a la Virgen María en Chinandega
Así mismo, doña Sandra Balladares, devota de la virgen expresó «Esta tradición viene desde mi mama, al fallecer ella hace 15 años, esta tradición ha seguido, gracias a una persona que optó por tomar las riendas de la Purísima en este hogar, que es el papá de mis hijos que me a ayudado tanto y siempre está pendiente, mientras estemos vivos aquí vamos a estar».
De igual manera en otras familias la tradición consiste en visitar cada uno de los altares situados en las diferentes casas; y negocios situados en barrios y repartos para horrar a las imágenes que representan a la Virgen María.
Martha Reyes dijo «Yo vengo desde pequeña, desde la edad de unos 13 años y es un orgullo andar aquí; gritando para sentirnos alegres, un momentito un ratito; siempre vengo a gritar y ahora ando acompañada de mis nietos».
Este año tampoco pudieron faltar los altares de las instituciones del Gobierno de Nicaragua y el de la alcaldía municipal; los que de costumbre son instalados en los alrededores del parque central.
Aura Lila Padilla, alcaldesa de Chinandega expresó «Bien emocionados y alegres, nuestro pueblo mariano se a desbordado por las calles a dar el grito de «¡¿Quién causa tanta alegría?!» con seguridad y tranquilidad».