Mientras Washington exhorta a sus aliados europeos a reducir su dependencia de los recursos energéticos rusos e impone sanciones al gasoducto Nord Stream 2; el propio EEUU insta a Rusia a suministrarle más combustible e incluso realiza la compra de diésel más grande en tres años.
- Te puede interesar: Un ataque de peces palometas en Argentina deja más de 30 heridos
Expertos en el tema explican a qué se debe esta tendencia.
Cuatro petroleros de Rusia con un total de dos millones de barriles de combustible diésel fabricados de gas natural partieron hacia Estados Unidos; con el fin de ayudar a mitigar la crisis energética que vive el país norteamericano.
Esto supone la máxima compra de este tipo a Rusia desde el 2018; informa la agencia Bloomberg citando datos de referencia de la plataforma de seguimiento y análisis de Vortexa.
Los buques de Rusia deberían alcanzar la costa estadounidense la semana que viene y ayudarán a contener los precios del combustible que han alcanzado los precios más altos en los últimos 7 años; resaltan desde la agencia.
«Rusia está mejor posicionada para suministrar diésel que otras refinerías en Europa debido a su acceso a gas natural barato»; explica Clay Seigle, director de Vortexa en Houston.
Este tipo de compras —de EEUU a Rusia— son bastante raras, señalan los analistas. Entonces, ¿por qué con una mano sanciona el comercio con Rusia y con la otra le compra hidrocarburos y sus derivados?.
Desequilibrio entre el consumo y la producción en Estados Unidos
Aunque Estados Unidos es hoy día el mayor productor de petróleo del mundo; todavía produce menos del que consume: 11,4 millones de barriles por día contra unos 20 millones que requiere su economía.
Históricamente, Venezuela proporcionaba a las refinerías estadounidenses petróleo pesado y viscoso. Tras imponer sanciones al importe desde Venezuela, EEUU lleva varios años incrementando la compra de petróleo y derivados desde Rusia.
Estas compras principalmente de fuelóleo pesado, por lo que esta compra de diésel refleja un alto nivel de desesperación; explica Alexander Frolov, director adjunto del Instituto Nacional de Energía de Rusia, citado por el periódico Vzglyad.
«Estados Unidos ha perdido unos 20 millones de barriles de petróleo al mes, que eran suministrados por Venezuela. Este volumen tuvo que compensarse con otras fuentes. Y una de estas fuentes fue Rusia. Ahora ocupa el segundo o tercer lugar, según el mes»; explica.
En primer lugar, entre los suministradores de este tipo de hidrocarburos a EEUU está Canadá, que aporta la mitad de las importaciones a su vecino sur. El segundo lugar ahora es para México.
A esta situación se le suma el hecho de que la refinería de petróleo canadiense Irving Oil ha estado bajo mantenimiento programado desde septiembre y recién está reanudando su producción.
Estos factores han impulsado significativamente los precios del combustible en EEUU.
Frolov señala que el precio de un litro de gasolina en EEUU ya está cerca de un dólar, y un litro de diésel más o menos lo mismo. Esto es mucho y entre 30 y 35 centavos más caro que el costo del combustible diésel a principios de año.
«Todo esto sugiere que aún es muy temprano para enterrar el combustible de motor tradicional (…) EEUU refuta estas ‘maravillosas’ historias con su propio ejemplo»; concluye Frolov.