Shanghái, China | AFP | La selección de fútbol de China limitará a "tres o cuatro" el número de jugadores en sus filas nacidos en Brasil, indicó a la AFP un responsable del fútbol chino, después de que el antiguo astro del Chelsea Oscar expresase su interés en formar parte del combinado nacional chino.
A menos que se produzca un cambio drástico en la política de la FIFA, el volante del Shanghai SIPG no podrá lucir la elástica del gigante asiático al haber participado en partidos oficiales con la 'Canarinha', incluido el Mundial de 2014.
Pero sus declaraciones recientes invitan a la reflexión. "Puedo pensar en ello (jugar con China) porque (…) es difícil para mí regresar a la selección brasileña ya que estoy aquí".
Oscar, traspasado del Chelsea al Shanghai SIPG por 60 millones de euros en enero de 2017 (cifra récord para un club asiático), vio cómo los delanteros del Guangzhou Evergrande nacidos en Brasil, Elkeson y Aloisio, fueron convocados por la selección china el año pasado.
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Al menos tres brasileños más, todos ellos hombres de ataque, han sido nacionalizados con ese fin, o están en proceso de hacerlo, según varios medios.
Pero el secretario general de la Federación China de Fútbol Liu Yi descartó que la selección se llene de brasileños para lograr el reto de clasificarse al Mundial de Catar.
El presidente Xi Jinping quiere que China se convierta en una superpotencia del fútbol, a pesar de sus discretos precedentes, con una sola presencia en un Mundial, en 2002, saldada con cero puntos y ceros goles a favor.
"Estábamos un poco preocupados cuando le dimos el pasaporte a Elkeson, o a cualquier otro", dijo Liu en una de las escasas entrevistas de un responsable del fútbol chino.
"Pero lo bueno es que a los aficionados chinos les encanta tener algunos jugadores (nacionalizados) en la selección en la medida en que puedan hacer mejor al equipo y llevarnos al Mundial" de Catar-2022, afirmó.
Combatiendo el virus
Liu, que se expresa en inglés, y llegado al cargo en agosto del año pasado, habla desde Suzhou, una de las dos ciudades en albergar partidos este año desde la reanudación del campeonato.
El balón echó a rodar en la Superliga china el pasado sábado, cinco meses después lo previsto debido la pandemia de coronavirus.
Como parte de las estrictas medidas de prevención, ocho equipos están alojados en un único hotel en Suzhou, cerca de Shanghái, y los otros ocho en Dalian. Los jugadores no podrán ver a sus familias en dos meses.
Dalian ha vivido un pequeño brote de infecciones en los últimos días, y China registró 68 nuevos casos este martes, la cifra más elevada desde abril.
Liu afirmó que los primeros partidos han ido "mejor de lo esperado", mientras que el pequeño repunte del virus no ha tenido impacto real.
"Tenemos otras trece jornadas de la competición así que es sólo el comienzo", previno.
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Algunas ligas de Europa y de Asia se han reanudado antes que la CSL. "Nuestro gobierno central, y creo que es lo correcto, es más cauto cuando se trata de las vidas", señaló.
"Somos el primer país, y Wuhan la primera ciudad en tener un brote del virus, así que somos más cautelosos respecto a lo que hacemos, especialmente en cuanto a eventos deportivos y culturales", añadió.
Liu indicó que nunca fue una opción la cancelación de la CSL de 2020, aunque a la federación china no le temblará el pulso para suspender un partido si un jugador o algún miembro del cuerpo técnico diesen positivo.