Haití transita por una profunda inestabilidad política generada tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse; la profunda crisis económico-social, la presencia y accionar de bandas armadas y el reciente caos migratorio, entre otras cuestiones
La Oficina de Protección Ciudadana (OPC) recientemente señaló un deterioro marcado en materia de seguridad, tras el asesinato del diácono Sylner Lafaille y el secuestro de su esposa por parte de bandas armadas el pasado domingo 26 en la entrada de la primera iglesia Bautista; en la Rue de la Réunion.
La acción, señalada por las autoridades como repugnante se suma a casos de violación, homicidios y secuestros por parte de estas pandillas.
Al respecto, La Federación Protestante de Haití denunció con indignación el resurgimiento del fenómeno de la inseguridad que azota a la sociedad haitiana y pidió «el fin de estos actos inhumanos que siembran el duelo en el país».
Haití: Situación de inestabilidad
En tal sentido, el Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos (Cardh) hizo un llamado al Ejecutivo para que tome medida ante el regreso a clases de los niños de los distritos de Martissant, Bas Delmas y Cité Soleil; enfrentados a la violencia impuesta por las pandillas que controlan dichas zonas.
«Ignorando la situación de la niñez en estas áreas con motivo de la reapertura oficial de clases; el Gobierno de facto no cumple con las obligaciones de respetar, proteger e implementar los derechos humanos, universales, indivisibles, inalienables y no discriminatorios»; señaló Cardh en su comunicación.
Por su parte, el primer ministro de Haití, Ariel Henry; revocó este lunes el Consejo Electoral Provisional (CEP) quebrando el acuerdo entre el Gobierno y alrededor de 200 organizaciones sociopolíticas para la gobernanza pacífica del país caribeño.
A esto también se suma la situación que patentan los migrantes haitianos en su afán de llegar a los Estados Unidos (EE.UU.) desde que se iniciara la más reciente crisis migratoria en la frontera sur con el país norteamericano.
Según registros; unos 3.500 haitianos han sido repatriados y otros 12.400 fueron sacados de los campamentos donde permanecían retenidos por parte de las autoridades migratorias estadounidenses.