Definitivamente las piernas son necesarias en cualquier situación pero se vuelven aún mas indispensables cuando buscas el placer a través de ellas.
Estilo Misionero:
Cuando él esté arriba de ti (estilo misionero), amarra su torso con tus piernas encerrándolo por completo. Así su miembro estará en el mejor ángulo para rozar un poco el clítoris. Este movimiento es más sencillo cuando eres flexible así que a trabajar.
La posición de misionero no es la más divertida ni excitante pero puedes cambiarla por completo utilizando tus piernas; levanta una hasta su pecho para que él pueda llegar al punto G. Experimenta primero con una pierna y luego la otra para activar diferentes terminaciones nerviosas.
Cuando ambos estén de pie, usualmente tienes que utilizar tus piernas para no perder el equilibrio pero, una vez que estés estable, apúrate a mover una pierna y colocarla en uno de sus muslos. Así estará mejor posicionado para encontrar fácilmente tu punto G.
Este movimiento es fenomenal ya que les permitirá crear un ritmo increíble; en la posición del misionero, no hagas nada y abre las piernas lo más que puedas; esto disminuirá la fricción que no le permite acelerar y simultáneamente ayudará al contacto con el clítoris. No habrá ningún orgasmo mejor.
Apodérate de sus muslos con esta técnica. Haz que se sienta en una silla y, colócate sobre él rápidamente. Con tus piernas, empieza a acariciar sus muslos para excitarlo enormemente.
Para la posición de perrito no hay muchas alternativas pero te recomendamos también abrir tus piernas lo más que puedas para, tanto darle una mejor vista a tu galán, como para intensificar las sensaciones.
El mero concepto de abrir las piernas es excitante así que utiliza esta técnica para seducir y atraer a tu galán. Haz que vea mientras lentamente abres tu piernas para darle la bienvenida.