Las fuerzas federales desplegaron a los manifestantes con chorros de agua y gas lacrimógeno, mientras los activistas respondían con bombas molotov y palos. Una vez que los agentes sacaron a los docentes de la plaza del Zócalo, los policías montaron vallas humanas para impedir que regresaran.
Aunque la mayoría de los manifestantes se había retirado de la plaza pacíficamente, decenas de profesores se resistían a desmontar sus tiendas de campaña. Además, una minoría portaba tubos y piedras aguardando la llegada de los policías federales y antimotines, que derivó en fuertes enfrentamientos.
Los servicios Médicos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) informan que han atendido al menos a 200 heridos, varios de ellos afirman presentan lesiones graves. Por su parte, el Comisionado Nacional de la Policía Federal, Manuel Mondragón, informó que hay 15 policías heridos y 31 detenidos tras el operativo de desalojo. Las autoridades confirman que dentro del grupo de detenidos no hay profesores.