1 Plantea preguntas a un sujeto de prueba. Primero pregunta algo que sea probable que la persona conteste honestamente. Luego selecciona una pregunta en la que piensas que tu sujeto de prueba mentirá o será evasivo. Puedes pedirle a un amigo que sea tu sujeto de prueba, pero tus resultados serán más confiables si el sujeto no está enterado de tu experimento.
2 Observa el comportamiento típico. Observa el status quo en cuanto a lenguaje corporal, movimiento de ojos y consistencia y volumen de la voz. La mejor forma de averiguar si alguien está mintiendo es observarlo primero cuando está diciendo la verdad.
3 Comprueba los gestos evasivos. ¿Tu sujeto está inquieto? ¿Te está mirando a los ojos? ¿Sonríe? ¿Está sentado relajado? Algunos individuos son más activos que otros, por lo que la inquietud o una conducta hiperactiva no significan automáticamente engaño. Compara el comportamiento irregular con la conducta del status quo de la persona.
4 Evalúa la franqueza de las respuestas de tu sujeto. Cuando haces una pregunta, comprueba si te da una respuesta directa, o hace algún esfuerzo para desviarte o cambiar totalmente de tema. Un mentiroso estará ávido por apartarse de cualquier pregunta que lo incomode.
5 Busca respuestas demoradas o apresuradas. ¿Se toma mucho tiempo para contestarte? ¿Interrumpe tu pregunta? Si alguien tarda mucho tiempo en contestar, o te pide que repitas la pregunta, podría estar ganando tiempo para inventar una respuesta convincente. O puede contestar demasiado rápido, para avanzar con el interrogatorio.