1. Investiga: Pregunta a tu pareja sobre las costumbres (formalidades), gustos y aficiones de sus padres, para conocer a lo que te enfrentas y tener preparados temas de conversación.
2. Lugar: Aunque lo usual es ir a la casa de los padres, si no te sientes cómoda allí, proponle a tu pareja un punto de encuentro neutral (restaurante o cafetería).
3. Vístete bien: No uses nada con lo que te sientas incómoda (tacones o minifalda). Lo mejor es vestir acorde a la ocasión y no caer en extravagancias. Maquíllate y péinate como lo harías siempre.
4. Saluda y sé cortés: Cuando llegues, saluda y muestra una sonrisa en los labios que demuestre calidez. Estrecha la mano no tan fuerte y no olvides el buenos días (noches o tarde, según la hora). Da las gracias y pide, por favor, incluso con tu pareja. Si te han invitado a comer, agradece por la comida y muéstrate acomedida a ayudar (en la cocina, recoger los platos, etc.)
5. Escucha y sé prudente: Conversa relajada mirando a los ojos, no fuerces una sonrisa ni te pongas a la defensiva. Los primeros minutos son claves para definir si puedes explayarte conversando o debes ser mesurada. Evita los temas controversiales como política o religión, trata de encontrar intereses en común con los padres de tu pareja.
6. Muestras de afecto: No te aferres a la mano de tu enamorado, tómate tu tiempo para mostrarle cariño. Habla de tu relación con naturalidad y no exageres en los halagos a tu pareja o a sus padres.