Quien aparece primero detrás de los matorrales y se asoma es una leona y pronto se une otro león, éste con una melena completa.
"¡Hola, mi niño, hola mi hijo!", dice Kevin al león como si se tratara de un inofensivo niño; y el depredador se lanza con sus enormes y pesadas patas para envolver a su entrenador con un cálido abrazo.
Luego, los tres caen al suelo y continúan tirados en la hierba de Sudáfrica, con su cariñoso y tierno jugueteo. Kevin Richardson se dedica a estudiar el comportamiento de los animales con un método que él mismo inventó y que consiste en practicas poco ortodoxas para hacer frente a los grandes depredadores como los leones.
Interactuar con animales salvajes puede ser peligroso, pero al parecer, el sistema de este entrenador funciona a la perfección…