La presidenta argentina, Cristina Fernández, recibió ayer el alta hospitalaria debido a su «favorable evolución postoperatoria» y ya descansa en la residencia oficial de Olivos, aunque deberá guardar 30 días de «reposo absoluto» bajo estricto control médico, según los especialistas que le atienden.
Entre cánticos y aplausos de sus seguidores, la mandataria, de 60 años, abandonó el hospital Favaloro de Buenos Aires donde fue intervenida quirúrgicamente el pasado martes de un hematoma craneal producto de un traumatismo que sufrió en agosto.
Como cada día, desde que Fernández fuera internada, el portavoz presidencial, Alfredo Scoccimarro, compareció ayer ante los medios de comunicación congregados en la puerta del centro médico y fue el primero en anunciar la decisión de los doctores.
La presidenta «sigue con excelente ánimo y en recuperación constante», dijo Scoccimarro, quien una vez más transmitió los saludos de la Jefa de Estado a «todos los que durante estos días han rezado por ella y por su pronta recuperación».
Según el último parte médico «continuará con estricto control clínico-cardiológico, neuroquirúrgico y neurológico» por parte de los profesionales que la atienden, entre ellos los de la Unidad Médica Presidencial. A la mandataria se le retirarán los puntos de sutura en diez días y se le realizará una «neuroimagen de control» Además de un «estricto reposo por 30 días», los doctores de la Fundación Favaloro han recomendado a Fernández evitar traslados aéreos «hasta próxima decisión médica» basada en su evolución.
Extraído de Agencias Internacionales/Hazel Dávila