Un tribunal sudafricano condenó este martes a 35 años de prisión a los líderes de un grupo de extrema derecha blanco por un atentado contra el ex presidente Nelson Mandela que causó un muerto y varios heridos en 2002.
El tribunal, que ya había declarado a cinco de ellos culpables de alta traición, homicidio culpable y conspiración para cometer asesinato, puso fin al juicio más caro de la historia de Sudáfrica.
El proceso, que ha durado once años, es también el primero por cargos de alta traición desde la caída del régimen racista del «apartheid», en 1994.
Los condenados intentaron asesinar a Mandela en la provincia de Limpopo con una bomba casera colocada en el trayecto que recorría el ex presidente hacia la localidad rural de Bolobedu para inaugurar una escuela, sin embargo el trayecto lo realizó en helicóptero y no en carro como estaba previsto y dicha acción lo salvó de la muerte.
Agencias