Corea del Sur está lista para comprar cuatro RQ-4 Global Hawk, vehículos no tripulados de producción estadounidense, para intensificar la vigilancia aérea sobre su vecino norte, según informa la agencia surcoreana de noticias Yonhap.
Haciendo referencia a una fuente anónima gubernamental, la agencia filtró que la decisión se hará oficial a inicios del 2014. Cabe recordar que Seúl recibió la aprobación de Washington para adquirir los cuatro ‘drones’ de gran autonomía y que volaran a gran altitud.
Sin embargo, las negociaciones tuvieron una pausa después de que el Pentágono solicitó por los cuatro aparatos un coste mucho más alto de lo esperado: 1.200 millones de dólares.
Un precio tan elevado obligó a las autoridades surcoreanas a considerar otros modelos, como el Phantom Eye y Global Observer. Sin embargo, sus características técnicas no cumplieron con las necesidades militares de Seúl, que tuvo que volver a los RQ-4 Global Hawk.
Según Yonhap, hace poco el Ministerio de Defensa Nacional solicitó del gobierno de EE.UU. cartas de aceptación para los aviones espía. La agencia de noticias filtró, además, que la empresa productora de los ‘drones’, Northrop Grumman, garantizó a Seúl cooperación industrial y transferencia de tecnología para facilitar la compra-venta, acentuando el papel crucial de los RQ-4 en la vigilancia sobre Corea del Norte para poder tomar una acción temprana en caso de un conflicto.
Estos ‘drones’, de 14,5 metros de largo, 4,7 metros de alto y una envergadura de 39,9 metros son capaces de operar en cualquier condición de luz o clima y llevar una carga útil de hasta 1,6 toneladas. Su velocidad de crucero es de 650 kilómetros por hora, mientras que la velocidad máxima operativa es de 800 kilómetros por hora. Tienen un radio de acción de hasta 25.000 kilómetros y un alcance en combate de 36 horas.