Sussan Weese, de Albuquerque en Nuevo México, EE.UU., emprendió hace un año un recorrido por Europa con un acompañante bastante particular, un esqueleto de plástico de tamaño natural, informa la prensa internacional.
Weese sintió una extraña atracción por los esqueletos cuando trabajó como ilustradora médica. Su fascinación llegó a tal punto que bautizó a su extraño compañero como ‘Sam’ y lo invitó a viajar.
La travesía de Sussan, de 57 años, y ‘Sam’ de 19 kilogramos, comenzó el 1 de noviembre de 2012 y terminó un año después, el Día de los Muertos. Pero el viaje también tuvo momentos desagradables, como cuando fue detenida en un aeropuerto para comprobar que su compañero efectivamente era de material sintético.
Agencias
