Una mujer que estranguló a una de sus hijas y luego arrojó el cuerpo a una alcantarilla fue arrestada en la India tras confesar que cometió el crimen porque se hallaba «amargada» por haber tenido gemelas, informó hoy la Policía.
El cadáver de la bebé, de tan solo tres meses, fue hallado el martes en las proximidades de un hospital de Nueva Delhi por una empleada del centro sanitario, según dijo a la agencia india IANS un alto mando policial que no reveló su nombre.
La madre de la niña, identificada como Gudia y de unos veinte años, argumentó en un principio que una mujer le había arrebatado al bebé en el hospital, adonde lo había llevado para un tratamiento, aunque ayer, ante la presión policial, confesó el crimen. «Durante el interrogatorio, Gudia se derrumbó y admitió que ella había arrojado a su hija a la alcantarilla después de estrangularla, porque estaba amargada al haber dado a luz a gemelas hace tres meses», dijo la fuente.
En la India es notoria la preferencia por el niño: el hijo varón perpetúa el linaje, hereda la propiedad y cuida de sus padres en la vejez, mientras que, en el caso de las niñas, los progenitores deben pagar una cuantiosa dote a la familia del novio. Como causa de ese factor cultural, en el gigante asiático se practican de manera ilegal abortos selectivos y feticidios de mujeres, una práctica que el primer ministro de la India, Manmohan Singh, calificó como «una vergüenza nacional».
El censo indio de 2011 reveló que hay 7,1 millones menos de niñas que de niños con edades comprendidas entre los 0 y 6 años; y en el total de la población india (de 1.210 millones de personas), hay 940 mujeres por cada mil hombres.
En un significativo acto contra la marginalización de la mujer celebrado ese mismo año en el oeste de la India, un total de 222 niñas recibieron nuevos nombres de las autoridades locales después de que sus padres las nombraran simplemente como «Indeseada».
Agencias