Dos pastores observaban su ganado pastar a las afueras de su poblado en la provincia de Diyarbakir, en el sudeste de Turquía, cuando un gran felino saltó sobre uno de ellos.
En ese momento, el otro pastor y primo del primero, Mahmut Kaplan, disparó con su rifle de caza y mató al animal. Este resultó ser un ejemplar de leopardo de Anatolia, un tipo de felino que se temía extinto en esa zona del país, donde hacía un siglo que no había sido avistado.
El equipo veterinario que practicó la autopsia del cuerpo del animal encontró una antigua herida de bala en una de sus patas, lo que indicaría que otra persona ya había disparado al animal en el pasado.
Agencias