El gobierno federal de Estados Unidos no es el único que intercepta las comunicaciones. También pudiera ser un familiar o una pareja celosa.
Entre los cinco individuos agregados esta semana a la lista de ciberdelincuentes «los más buscados» del FBI está un ex alumno universitario de San Diego que vendía en internet en 89 dólares un programa llamado «Loverspy» y que supuestamente podía «sorprender a un amante infiel» enviando a la persona una tarjeta electrónica que, si la abría, instalaba un programa que capturaba los mensajes electrónicos a instantáneos, e incluso podía espiar a la víctima usando la cámara de internet de su computadora.
Por toda información que conlleve a su captura el FBI está dispuesto a dar una recompensa de 50 mil dólares.
El caso de Carlos Enrique Pérez Melara es notable porque parece haber ganado relativamente poco dinero con el plan. Pero ayudó a convertir a usuarios normales de computadora en piratas cibernéticos que podían usar la información para acechar a sus víctimas.