La sensualidad se considera una de las cualidades que definen a una mujer atractiva. Pero ¿qué significa ser sensual y cómo podemos desarrollar esta cualidad? Aunque la palabra suene similar, ser sensual no es exactamente lo mismo que ser sexy.
No tiene que ver tanto con cultivar una imagen y una actitud de mujer explosiva o sexualmente deseable. Se trata de la capacidad de saber gozar de los placeres que percibimos gracias a nuestros sentidos en el aquí y ahora.
Así, ser sensual es desarrollar la capacidad de estar presente y disfrutarlo, en lugar de tener nuestra mente permanentemente enfocada en el pasado o el futuro, que es un hábito (muy común) que nos tensa, nos agota y nos resta atractivo.
Para aprender a desplegar tu sensualidad, te proponemos un recorrido por los sentidos y los placeres que estos nos pueden proporcionar. Veamos:
· Tacto.
Disfruta de las texturas, de los tejidos, del placer de un masaje o un tratamiento facial, son formas no necesariamente sexuales de mimarte y de sentir tu propio cuerpo. Abraza a tus amigas, tómalas de la mano. Toca la piel de tu amante, toda la piel y no solo las zonas erógenas. Capta su latido, su temperatura, su calor, haz que se estremezca, deja que te toque, tápense los ojos y jueguen a sentir el tacto del otro.
· Vista.
Relaja la vista con frecuencia, alejándola de las pantallas y yendo a dar un paseo por el parque. Ve a una exposición, haz una ruta por una calle llena de tiendas bonitas, aunque no compres nada. Se trata de darte tiempo y permiso para deleitarte con la belleza que entra por los ojos, y que nos calma, seduce e inspira. Al regresar a casa, mira a los ojos de tu pareja y recuerda que los hombres son criaturas visuales: ¿Qué tal si le regalas tu presencia envuelta en lencería sensual o le envías una foto erótica a su celular en medio de una reunión?
· Olfato.
Elige tu perfume, el que te define a ti, a tu casa, a tu ropa. Prueba con los aromas naturales e incluso a elaborar tu propia mezcla. Los perfumes naturales se funden con nuestra piel y tienen el poder de potenciar nuestra sensualidad. En cuanto a tu pareja, si su olor te cautiva es señal infalible de compatibilidad sexual. Deja que despierte tu lado más salvaje…
· Gusto.
La comida y el erotismo son íntimos amigos. Se dice que quien disfruta de uno, inevitablemente disfruta del otro. Los fogones son un excelente escenario para practicar la creatividad y la sensualidad, jugando a combinar sabores, aromas, texturas. Gozar de la cocina se hace cocinando con especias y hierbas, contrastando los sabores, paladeando un buen vino. No en vano las citas importantes siempre están precedidas de una cena romántica, que nos abre el apetito para después degustar y hasta devorar la piel de un amante.
· Oído.
El sonido es vibración y esta tiene efectos terapéuticos. Acompañar tus estados de ánimo con la música apropiada te aportará energía e inspiración. Hay música para hacer el amor, para ponerte en marcha, para relajarte, para concentrarte… Aprende también a escuchar el silencio y los sonidos de la naturaleza. Es una forma estupenda de meditar y de percibir tu música interna. Y por supuesto, los buenos amantes saben que los oídos son uno de los órganos más eróticos de nuestro cuerpo. No subestimes el poder de las palabras y del sonido de tu voz en forma de susurros o jadeos. Utiliza el sonido para excitar a tu amante y para expresarle tu amor, para hablarle de su belleza y, por supuesto, para pedirle que te regale los oídos.