La vida de Mark Parisi es una vida entregada a la ciencia. Y no, no nos referimos a que sea un reputado investigador ni un reconocido médico. Digamos que es un reputado paciente.
El caso es que Mark se ha dedicado toda la vida a ‘prestarle’ su cuerpo a la ciencia, tal y como podemos leer en el portal Review Journal.
Este ciudadano estadounidense de Nevada lleva años sometiéndose a ensayos clínicos y obteniendo grandes cantidades de dinero por ello. Así, Mark se ahorra los gastos médicos de cualquier ciudadano de los EEUU y además le pagan.
Su último ensayo ha sido ya palabras mayores ya que ha ‘vendido’ uno de sus testículos a la ciencia… más concretamente por 35.000 dólares.
A Mark parece no preocuparle el asunto.
«Vas y le donas uno de sus testículos, lo sustituyen por una artificial y cuando se echa un vistazo a los 14 días recibe un cheque por 35.000 dólares?, asegura tan tranquilo.
Y es que ya es un experto en estas lides. Ha sido objeto también de un ensayo sobre el virus Ébola por el que le pagaban unos 4.000 euros por semana.
Eso sí que es vivir de la ciencia.