El papa Francisco mostró su cercanía a la población de Filipinas y de aquellas regiones «que han sido golpeadas por un tremendo tifón».
Tras el rezo del Ángelus dominical, el papa señaló que «desgraciadamente las víctimas son muchas y los daños enormes».
Recemos dijo por nuestros hermanos y hermanas, y busquemos para que nuestra ayuda les llegue, y tras un momento de silencio, fue largamente aplaudido.
Por otra parte, el nuevo secretario de Estado del Vaticano, el arzobispo Pietro Parolin, envió un telegrama al presidente de Filipinas, Benigno Aquino, en el que expresa la «sentida solidaridad» del papa con todos los afectados por el tifón y sus consecuencias.
El papa está especialmente preocupado por aquellos que han perdido a sus familiares y por aquellos que se han quedado sin hogar, señala el telegrama.
Agrega que el pontífice, además de rezar, anima a las autoridades y al personal de emergencia a que asistan a las víctimas del tifón e invoca la bendición divina para que el Señor dé fuerza y consuelo a la nación.