Una empresa estadounidense funciona sin jefes, sin escritorios fijos, con colegas que deciden su salario y se van de vacaciones juntos.
A simple vista se podría decir que es la empresa en la que todo el mundo sueña trabajar. Una empresa sin jefes, sin imposiciones, donde los trabajadores trabajan en lo que quieren sin tener que rendir cuentas a nadie y que además, les va bien, muy bien.
Valve es una empresa estadounidense desarrolladora de videojuegos que rompió con la estructura jerárquica de la típica compañía revolucionando el mundo empresarial con sus peculiares normas.
En Valve, los escritorios no son fijos, tienen ruedas, para que cada uno se sienta donde quiera. Allí, son los trabajadores los que deciden en qué trabajan y cuánto ganan sus compañeros, y además, se llevan todos tan bien que hasta se van juntos de vacaciones.
La BBC entrevistó a uno de sus trabajadores que reveló cuál es el secreto para que a pesar de todos los derechos y libertades de los que gozan los trabajadores, la empresa sea exitosa.
«Somos una organización plana, así que yo no rindo cuentas ante nadie y nadie tiene que rendirme cuentas ante mí», explicó DJ Powers, quien aseguró que allí todos son «libres de elegir trabajar» en lo que consideren «más interesante».
Ahora bien, ¿cómo logran alcanzar objetivos en una organización tan descontracturada? Powers afirmó que «la gente te hace preguntas sobre lo que estás trabajando. Y la respuesta no consiste en ponerse a la defensiva sino en iniciar una conversación y asegurarse que todo el mundo le dedica tiempo al otro».
Al contrario de lo que se podría pensar, el hecho de que la empresa no tenga un cabeza de líder al frente no ha supuesto ningún inconveniente, al contrario. «Esta es la forma más extrema que vi del despojo total de liderazgo», explicó y añadió: «Lo que más me gusta es que promueve la idea del diálogo, la idea del compromiso colectivo».
Agencias