En una década han muerto más de 1 millón de personas en Latinoamérica y el Caribe por causa de la «violencia criminal», afirma un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Según los datos recabados, once países (Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Venezuela) presentan un «alto nivel» de homicidios, con tasas superiores a 10 por cada 100.000 habitantes.
Esta porcentaje es considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un nivel de «epidemia». Por debajo de él se encuentran los otros siete países analizados: Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, Nicaragua, Perú y Uruguay.
A pesar de las alarmantes cifras, «en la mayoría de los países, la tasa se ha estabilizado en los últimos dos o tres años, e incluso hay un pequeño grupo de países que muestra una moderada disminución», admite el estudio.
El estudio critica en particular los «grandes déficits de capacidades en materia de justicia y seguridad», que se reflejan en «índices de impunidad alarmantes, la crisis que atraviesan sus sistemas carcelarios y en la desconfianza de la ciudadanía hacia las instituciones de justicia y policía», ya que excepto en Nicaragua y Panamá, más de la mitad de los latinoamericanos expresaron «poca» o «ninguna» confianza en los tribunales en caso de robo o asalto.