En el 2012 se dio inicio al juicio entre Apple y Samsung, en el que ambas compañías se acusaban de haber utilizado patentes la una de la otra sin las licencias necesarias.
Apple acabó ganando el juicio y el jurado popular estimó los daños causados por Samsung en unos 1.047 millones de dólares. Tras revisar las cuentas, en el mismo juicio se estimó que finalmente Samsung tendría que abonar 1.000 millones de dólares a Apple.
Pero un juez halló que el jurado calculó erróneamente 400 millones de dólares para 13 productos y ordenó un nuevo juicio para determinar la cantidad correcta.
La jueza que instruía el caso decidió reducir la compensación a los 450 millones de dólares. Esta semana, el equipo legal de Samsung se volverá a ver las caras con los abogados de Apple en el estado de California y cada una de las firmas tiene que presentar su estimación de daños causados.
Samsung dice que 54 millones de dólares son más que suficientes para pagarle a su rival por los daños causados al utilizar patentes suyas sin licencias. Por su parte, el equipo legal de Apple pide al menos 379 millones de dólares.
