Una corte francesa determinó que una firma alemana encargada de establecer estándares de seguridad deberá pagar una compensación a centenares de mujeres alrededor del mundo, que fueron operadas con implantes mamarios defectuosos.
La empresa, TUV Rheinland, otorgó certificados de seguridad europeos a la firma francesa que produjo las prótesis. Se descubrió que la silicona de los implantes era de calidad subestándar, lo cual los hizo propensos a rupturas.
Esta decisión obliga a TUV a pagar 4.000 dólares por víctima, hasta que se realicen evaluaciones individuales de cada una de ellas.
Seis distribuidores (un brasileño, un mexicano, un búlgaro, un italiano, un sirio y un rumano) reclaman a la firma alemana 38 millones de dólares por daños y perjuicios, en el escándalo de prótesis mamarias fraudulentas de la empresa francesa PIP, que la empresa alemana estaba encargada de certificar.
Por su parte, más de 1.600 mujeres portadoras de esas prótesis, entre ellas muchas latinoamericanas, pidieron una indemnización de 21.000 euros cada una, lo que equivale a un total de 71 millones de dólares.