Aquí te damos los pasos que debes seguir para que tu jardín esté siempre en las mejores condiciones, haciéndolo la envidia de todos.
1. PLANTAR
No plantes demasiado apretado, dales espacio a las plantas para que se desarrollen bien de acuerdo a su tamaño.
Excava hoyos amplios; saca todas las malas hierbas que puedas y mezcla la tierra con un abono orgánico, por ejemplo, estiércol, mantillo, compost, turba, etc. En lugar del abono orgánico puedes emplear abono mineral (fertilizante químico), pero sólo como alternativa, ya que es preferible el primero en el momento de la plantación.
En el caso de los árboles, no olvides clavar y sujetar el ejemplar a un tutor firme para que se mantenga vertical.
2. REGAR
Para saber regar las plantas es necesaria mucha observación y aprender de los errores.
Durante el primer año desde la plantación no descuides el riego porque todavía las raíces son poco profundas.
Riega por la mañana temprano o al atardecer, no con el sol en todo lo alto.
Aporta más agua si la planta está a pleno sol o si está expuesta a los vientos.
No mojes las flores porque durarían menos.
Siempre es mejor quedarse corto a pasarse.
3. ABONAR
Todos los años debes aportar a todas tus plantas (árboles, arbustos, rosales, flores, césped, etc.) algún tipo de abono.
Puedes abonar sólo a base de abonos orgánicos, como estiércol, mantillo, compost, humus de lombriz, guano, turba…, pero lo mejor es usar un abono orgánico combinado con un abono mineral.
El abono orgánico se hace en invierno u otoño, extendiendo en el suelo una capa de 2 ó 3 cm (si es guano, menos); luego se entierra ligeramente con la azada. Una vez el mes o cada dos meses (en invierno, nada), esparce un puñado de gránulos de fertilizantes minerales convencionales en la base de las plantas, por ej., Nitrophoska. Si usas los llamados fertilizantes de lenta liberación, los nutrientes los suelta poco a poco, a lo largo de 3 meses o más, y es suficiente con una aplicación en primavera y otra en otoño en lugar de un poco cada mes.
Te recomiendo, por último, que añadas a la tierra, o que pulverices sobre las hojas, quelatos de hierro y otros micronutrientes con el fin de prever la carencia de Hierro y así tener hojas más verdes. Esto hazlo una vez al mes.
El césped abónalo con 3 aplicaciones/año.
4. ELIMINAR MALAS HIERBAS
Si quieres tener un jardín libre de malas hierbas, toma nota de los siguientes consejos:
En macizos de arbustos, rocallas, jardines de cactus, caminos de grava, etc., antes de plantar, coloca una malla antihierbas. Sobre la malla extiende cortezas de pino, chinos o gravas de colores para conseguir un acabado estético.
Otra opción son los acolchados o mulching. Consiste en recubrir el suelo al pie de las plantas con cortezas de pino, grava, paja, mantillo, turba, mantillo, compost… Muy eficaz para que no germinen semillas.
Las Hierbas Perennes como la Grama, Juncia, Cañota, Correhuela, etc. son difíciles de erradicar porque rebrotan una y otra vez. Si las arrancas a mano o con azada, teniendo constancia, se irán debilitando y cada vez saldrán menos sin necesidad de recurrir a los herbicidas tipo Glifosato.
Riega el día antes de deshierbar para que el terreno esté húmedo y así extraer las malezas con más facilidad.
5. PODAR
Los árboles, arbustos, trepadoras y rosales se podan en invierno, pero a lo largo del año también se pueden, y se deben, hacer intervenciones ligeras para eliminar elementos indeseables tales como:
– Ramas secas, rotas, enfermas.
– Ramas que estorben el paso de personas.
– Ramas que hayan crecido mucho (chupones).
– Rebrotes que hayan podido surgir desde la misma raíz.
– Flores y frutos pasados.
– Ramas que hayan salido totalmente verdes en las plantas variegadas. Si no lo haces, irá perdiendo el variegado amarillo o blanco de las hojas.
Los setos formales precisan al menos 2 recortes al año, pero en climas más suaves, de tipo Mediterráneo, serán necesarios entre 3 y 5 para mantenerlos perfectamente perfilados.
Las Plantas Vivaces y de Temporada si están larguiruchas y poco densas se deben recortar ligeramente las puntas de los brotes para provocar que se desarrollen tallos laterales y hacer una mata más compacta y ramificada. Así darán más cantidad de flores.
Orégano, Menta, Melisa, Lavanda, Tomillo, Salvia, Santolina… recórtalas tras la floración para provocar un nuevo desarrollo sano; si no, se harán leñosas.
6. CONTROLAR PLAGAS Y ENFERMEDADES
Si cultivas tus plantas correctamente, con su riego, su abono, luz suficiente, etc., estarán fuertes y vigorosas y serán mucho más resistentes a los ataques de plagas y enfermedades.
Inspecciona con frecuencia las hojas para descubrir la presencia de parásitos o cualquier signo de enfermedad. Cuanto antes los descubras, más fácil será su control.
Atención a las plagas más frecuentes como son el Pulgón, la Cochinilla y la Mosca blanca.
Si el año anterior ha habido fuertes ataques de alguna plaga u hongo, es lógico que vuelva a repetirse, por tanto, debes tratar preventivamente con insecticidas o fungicidas.
Trata preventivamente los rosales una vez al mes con fungicida para evitar hongos como Oidio, Mildiu, Mancha negra y Roya.
La Mariposa del Geranio hay que combatirla pulverizando cada 15 días; se vea síntoma o no.
Captura a mano escarabajos, orugas, gusanos, caracoles, babosas… éstos últimos por la noche después de una lluvia o riego.
Puedes usar Mariquitas para controlar parcialmente el Pulgón. Recoge todas las que veas (adultos y larvas), mételas en una caja y distribúyelas por las plantas atacadas de Pulgón.
Corta y quema las hojas que hayan sido atacadas por hongos.